lunes, 27 de enero de 2014
12:15
Sucedió el viernes en Córdoba y por las características del caso podría perfectamente hacerse una película en su nombre. Un niño de cuatro años, Ariel Flores, se escapó jugando con su pequeño perro de su casa y por la misma edad perdió la orientación.
Más de 30 horas pasaron sin tomar agua, comer ni recibir abrigo en una de las noches más frías del verano cordobés hasta que la policía logró dar con él. Es que hasta el jueves el termómetro indicaba una temperatura de más de 40º y el viernes el descenso fue abrupto alcanzando sólo los 10º de sensación térmica.
Sin embargo, la suerte (y Dios) estuvo con él y consiguió pasar las horas sin muchas alteraciones. Al mejor estilo "Pequeño gran hombre" (la película de Dustin Hoffman de 1970), el niño se protegió del frío abrazándose al perrito de apenas cinco meses y gracias a éste no sintió miedo en la soledad de la noche.
Según relató Diario Los Andes, el niño salió a las 13 del mediodía del viernes de su humilde casilla ubicada en un cortadero de ladrillos de Santa Rosa de Calamuchita, para ir hacia otro cortadero ubicado a sólo 600 metros. Pero se perdió y fue encontrado 30 horas después por una señora, jugando en su patio en Villa Berna, a 35 km de su casa.
Ariel es boliviano pero vive en Argentina con su papá Basilio Flores Delgado (38), su mamá Alicia Delgado Mamani (35), una hermanita de 2 años y un hermanito de uno, además de tíos y primos.
"Estamos ante un verdadero milagro. Cuando pasaron las 24 horas de desaparecido, yo para mis adentros lo buscaba sin vida. Pensé que este chiquito había querido guarecerse acurrucadito para cubrirse del frío y había muerto congelado", contó , quebrado por la emoción, el comisario Miguel Castelló, jefe de Departamentales Sur de la Policía Cordobesa.
De acuerdo a lo que destacó el oficial el niño solía salir de la casilla donde vive, que es muy precaria y está pegada al basural. Siempre se iba con su hermanita y "el cuidador del basural, como conocía a los chicos, más de una vez los recogía, les daba la merienda y los mandaba de nuevo a casa. Esta vez, los papás se dieron cuenta de que el nene no estaba cuando el cuidador ya se había ido, lo que dificultó la búsqueda".
Lo que llamó la atención de los uniformados, fue la indiferencia de los padres del chico al momento de reencontrarse con él. Cuando se reunió con sus papás, el nene no abrazó a su mamá, sino a una tía materna. Y el padre sólo atinó a retarlo.
"Ah, acá estás... No se vaya más solo", dijo. El pequeño gran hombre bajó la vista y dijo "bueno". Los policías y bomberos, emocionados por el milagro, invitaron a Basilio padre: "Si quiere, puede darle un abrazo. Agradezca que está vivo". Recién ahí se aflojaron y lloraron de la emoción.
