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El homenaje a la bailarina Olga Ferri, la muchacha suave como un sauce

Google recuerda hoy Olga Ferri una de las artistas más destacadas de la danza argentina en la fecha de su nacimiento. Su trayectoria a nivel internacional deslumbró a los críticos durante sus presentaciones.
viernes, 20 de septiembre de 2013 08:13
viernes, 20 de septiembre de 2013 08:13

El magabuscador Google hace durante la jornada de hoy un homenaje a una de las figuras más destacada de la danza de nuestro país: Olga Ferrari. Cuando la bailarina falleció el diario español El País la recordó publicando que la crítica internacional siempre la  valoró  como una de las mejores de su generación y utilizó las palabras del norteamericano John Taras para homenajear a la mujer argentina, ”Olga Ferri  era la muchacha suave como un sauce”.

 

Olga Ferri nació en Buenos Aires el 20 de septiembre de 1928 en la Ciudad de Buenos Aires y cuando estaba cerca de cumplir los 84 años falleció. Su trayectoria fue brillante y bailó durante 49 años. Durante todo ese tiempo deslumbró en todos los escenarios más destacados del mundo. Su historia de vida indica que sus comienzos fueron a los 15 años de edad y solo hizo falta que transcurrieran 5 años para que los críticos y los amantes de las danzas advirtieran que estaban frente a una bailarina distinta y talentosa.

 

Su trayectoria internacional fue brillante. En 1959 fue la artista invitada de Les Ballets de l’Étoile en París, dirigida por Miroslav Miskovich, y ese mismo año debutó con los ballets de las Óperas de Berlín y Múnich. La carrera de Olga Ferri tuvo una fuerte presencia en Europa y uno de los puntos relevantes fue cuando se integró all Real Ballet Sueco en varias ocasiones a la plantilla del London Festival Ballet, primero desde 1960 hasta 1963 y después en 1966. Su repertorio incluía todos los clásicos, especialmente Giselle y El lago de los cisnes. En 1962 fue la estrella principal de La vida de Fanny Elssler, ballet producido por la televisión belga y dirigido por Jack Carter, que la convirtió en su bailarina talismán.

 

Su vida artística tomó un rumbo diferente cuando Rudolf Nureyev la seleccionó para el estreno de su versión de Cascanueces en el teatro Colón de Buenos Aires. Después de ese debut de la nueva pareja escénica volvieron a bailar juntos en giras por toda Argentina y Brasil con un repertorio que incluía Las sílfides, Apolo y La bella durmiente. Ferri debutó en EE UU en 1973 con el Ballet Nacional de Washington y fue artista invitada del Eglevsky Ballet.

  Esta intensa carrera internacional volvió como prima ballerina al Colón de Buenos Aires, donde protagonizó Romeo y Julieta junto a José Neglia y estrenó La Cenicienta de George Skibine; también una nueva versión de La bella durmiente ideada por Carter, del que además bailó en París Señor de Mañara. En la Ópera de Montecarlo estrenó el Peer Gynt de Vaslav Orlikowski y El idiota de Tatiana Gsosvky en Berlín. El homenaje que recuerda la fecha de su nacimiento trae a la memoria el recuerdo de una bailarina que desplegó por el mudo su calidad de artista.

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