viernes, 11 de octubre de 2013
10:13
Tenía 19 años y quienes la conocieron aseguraron que era una chica muy dulce pero sobre todo muy precavida. Es por eso que cada vez que salía de su casa, le dejaba anotado a su madre a dónde iría y por qué motivo. Ese día, su último día en contacto con sus seres queridos, le anotó a su madre en un papel la dirección Puán al 3700, Caseros. Hasta allí iba a ir a buscar trabajo y volvía "enseguida. Pero nunca más regresó.
Araceli cursaba el último año del secundario. Sus amigas aseguraron que era tan cautelosa y precavida que en el facebook solía no hacerse amiga de cualquiera sino de aquellos que le transmitía confianza. La joven, sabiendo que ya terminaba su periodo de estudiante, quería conseguir trabajo. Por eso lo buscaba desde hace dos meses para solventar sus gastos y reunir dinero para irse de vacaciones con su novio, un joven de Escobar al que sólo veía los fines de semana.
El lunes 30 de septiembre dejó su casa al mediodía para ir a la entrevista laboral. Según consigan Diario La Nación, a las 18.30 la madre se preocupó, llamó al celular que dio directamente apagado y comenzó a preguntar por su hija a sus conocidos pero nadie sabía de la joven. Fue hasta la dirección que le anotó su hija y se encontró con una casa con las persianas bajas. Le preguntó a los vecinos, pero nadie le supo explicar con claridad quién vivía allí.
La denuncia policial recién pudo ser radicada el miércoles y desde entonces comenzó la búsqueda en las cámaras de seguridad de la zona de Caseros. Los investigadores determinaron que la vivienda de calle Puán estaba deshabitada desde hace casi 15 años.