Londres

Llevaron a su bebé a la guardia más de 10 veces, no le detectaron una enfermedad y murió

El bebé era descrito por sus padres como un niño que “no paraba de sonreír”.
sábado, 14 de septiembre de 2024 11:15
sábado, 14 de septiembre de 2024 11:15

Un bebé empezó a dar síntomas de lo que tenía en varias ocasiones, sin embargo ningún médico pudo detectarlo y como consecuencia terminó muriendo. El hecho ocurrió en el condado de Kent, al sur de Londres, en Inglaterra. La muerte del bebé de un año puso en el centro del debate la competencia médica y el diagnóstico de enfermedades raras.

Archie Squire, un bebé de apenas un año, falleció tras una serie de visitas a emergencias hospitalarias en las que los médicos no lograron identificar una grave afección cardíaca. Sus padres, Lauren Parrish y Jake Squire, han decidido llevar el caso a la justicia, alegando negligencia y falta de profesionalismo por parte de los especialistas que atendieron a su hijo.

Archie era descrito por sus padres como un niño que “no paraba de sonreír”. Sin embargo, detrás de esa aparente felicidad se escondía una anomalía cardíaca congénita extremadamente rara. Los padres de Archie relataron en una entrevista con The Sun que su hijo presentó síntomas preocupantes como estreñimiento y dificultad para respirar, por lo que lo llevaron a la guardia del hospital en más de diez ocasiones.

En cada visita, los médicos diagnosticaron al pequeño con infecciones respiratorias o bronquiolitis crónica, desestimando los síntomas más graves que presentaba. Según los padres, en ninguna de estas consultas se realizó un examen completo que pudiera haber revelado la verdadera causa de sus problemas de salud. “Nos dijeron que tenía una infección en el pecho y nos mandaron a casa con la misma receta cada vez”, comentó Lauren Parrish.

El destino de Archie cambió dramáticamente en noviembre pasado. Después de un episodio severo de estreñimiento y vómitos, el bebé fue ingresado nuevamente en el hospital. Esta vez, los síntomas se agravaron rápidamente, y a los tres días de cumplir su primer año, Archie sufrió dos paros cardíacos y falleció.

La autopsia realizada al pequeño reveló la trágica verdad: Archie padecía de inversión ventricular cardíaca aislada, una afección cardíaca congénita extremadamente rara, con menos de 50 casos reportados en todo el mundo. Esta condición, que se puede detectar con una ecografía fetal, fue pasada por alto en todas las visitas al hospital.

Lauren y Jake han decidido presentar una demanda, buscando justicia para su hijo y destacando las fallas en el diagnóstico que contribuyeron a la tragedia. “La ecografía fetal habría revelado esta condición con total certeza. Estamos devastados por la pérdida de Archie, y queremos que se haga justicia para que otros padres no tengan que pasar por lo mismo”, expresó Jake Squire.

El caso de Archie Squire no solo pone de relieve la importancia de un diagnóstico preciso y exhaustivo, sino que también plantea preguntas críticas sobre cómo se manejan los casos de enfermedades raras en los sistemas de salud. Mientras la investigación continúa, la familia Squire espera que su dolor y su búsqueda de justicia sirvan para mejorar la atención médica y prevenir futuras tragedias similares.

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