Desde el Sol

Una tormenta geomagnética golpeará a la Tierra este jueves: de qué se trata y cómo afectará

El gran problema de una tormenta de este tipo es que tiene un carácter global y que comienza "simultáneamente en todos los puntos de la Tierra".
jueves, 2 de septiembre de 2021 08:43
jueves, 2 de septiembre de 2021 08:43

El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos ha emitido dos alertas de  tormenta geomagnética G1 (menor) y G2 (moderado) para el 1 y 2 de septiembre de 2021, tal y como destacan en un comunicado. 

Sin embargo, no hay por qué preocuparse dado que su naturaleza es débil y las tormentas geomagnéticas de nivel 2 (G2) son moderadas. Un nivel alarmante sería el 5 (G5), que podría cortar las comunicaciones eléctricas, dañar los satélites e incluso provocar un gran apagón mundial.

¿Cuáles son sus características?
Pero, ¿qué es realmente una tormenta geomagnética? Como explican los expertos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), estas tormentas son "perturbaciones del campo magnético de la Tierra, que duran desde varias horas hasta incluso algunos días". 

Se producen por "un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares".
¿Y cuál es su origen? Se producen por causas externas, concretamente por "un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares que alcanzan la magnetosfera, produciendo alteraciones en el campo magnético terrestre", añaden los especialistas.

El gran problema de una tormenta de este tipo es que tiene un carácter global y que comienza "simultáneamente en todos los puntos de la Tierra". Sin embargo, las amplitudes son diferentes dependiendo de la zona, "siendo mayores cuanto más altas son las latitudes".

¿Cómo se forman y cuál es su frecuencia?
Una tormenta geomagnética o solar puede ser potencialmente peligrosa, según reconocen los expertos de las agencias espaciales y la más grave se produjo en 1859 originando problemas electromagnéticos a escala global, auroras boreales y otras dificultades eléctricas.

La frecuencia con que se producen está relacionada "con los periodos de la actividad solar, de unos 11 años de duración y que se conoce como ciclo solar", detallan. El Sol emite constantemente partículas, que es lo que conocemos como "viento solar". 

Dichas partículas no penetran en la atmósfera de la Tierra al ser desviadas por la magnetosfera terrestre. No obstante, la actividad solar varía por estos ciclos solares, que se cuantifican "en función del número de manchas solares que presenta en cada momento".

Estas manchas corresponden "con zonas más frías de la fotosfera solar en las que el campo magnético es muy fuerte". Así, en estas zonas se originan "las fulguraciones solares y las eyecciones de masa coronal (CME) que se corresponden con violentas erupciones que arrojan inmensas cantidades de materia coronal al medio interplanetario, modificando la densidad del viento solar y su velocidad". 

Por tanto, cuando esta eyección de masa coronal es realmente grande y se dirige dirección a la Tierra, el incremento de la densidad y de la velocidad del viento solar dan lugar a las famosas tormentas geomagnéticas.

Fuente: 20minutos.es

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