Médico argentino contagió de coronavirus a su esposa y a su bebé: "la granada explotó adentro de casa"

Un médico argentino, oriundo de Rosario, contrajo coronavirus y contagió el virus a su mujer y bebé.
lunes, 4 de mayo de 2020 09:23
lunes, 4 de mayo de 2020 09:23

El relato es tan conmovedor como crudo y doloroso. Un médico argentino, oriundo de Rosario, contrajo coronavirus y contagió el virus a su mujer y bebé. El hecho ocurrió en Brasil, mientras trabajaba como cirujano de tórax y  jefe en cuatro prestigiosos hospitales de San Pablo.

"Todavía no había empezado la cuarentena en San Pablo y ese día dije: 'Ahora lo vamos a sentir en la piel, se viene'. Fue mi clic. A las 19.30 le dije a Renata, mi esposa: 'Agarrá las cosas y andate de casa con Valentina a lo de tu mamá. Voy a empezar a intubar pacientes, lo puedo llevar a casa y puede llegar a ustedes'. Cuando volví, ya no estaba", relató el doctor Mauro Tamagno en La Nación, al recordar aquel 18 de marzo cuando comenzó el infierno.

Tras aquel día no volvió a estar con su mujer e hija, ya todo se encaminaba como seguro con ambas bien cuidadas en la casa de su suegra. En este contexto, el hombre operó a más de 20 pacientes con Covid-19, y nunca sintió que se hubiera contagiado, por eso permitió volver a tener un contacto con su mujer e hija. Ahí se dio la transmisión.

Él ya había contraído el virus y días después de ese contacto comenzó con fiebre y estuvo mal. "Tres días después de sentirme mal, terminaba una cirugía y me llama Renata, mi esposa, llorando: 'Valentina tuvo una convulsión'. Vinieron al hospital", relató confesando que se puso a llorar desconsoladamente en la terapia intensiva, viendo a su hijita desvanecida en brazos de su madre.

"Fue como ver "La Piedad", interpretada por mi hija y mi esposa. Era todo lo que exactamente no quería: exponerlas a ellas. Yo fui el puntapié inicial. Hubiera dado cualquier cosa por estar en el lugar de ella. Esa impotencia de no saber para qué lado se va", agregó.

"Cuando nací tenía una sola gammaglobulina -proteínas que forman anticuerpos- y me enfermaba de todo. Una vez mamá me dejó en la casa de mi abuela y al volver me encontró morado, estuve en terapia intensiva y no descubrían qué tenía. Viéndola a mi hija, entendí como nunca a mamá. Yo no tengo miedo de morirme, pero entré en pánico viendo qué le podía pasar algo a mi hija", confesó.

A los pocos días, Renata, su esposa, empezó a sentirse mal. Perdió el olfato, un síntoma del Covid-19, lloraba y decía: "No me quiero morir". Ahi fue cuando Marcos sintió culpa y destacó que sabe que "no debería haber vuelto". "La granada explotó adentro de casa, al lado de las dos mujeres que amo. Si hubieran tenido una evolución desfavorable, no me lo hubiera perdonado jamás", agregó destacando que su mujer una vez le dijo "Vos me contagiaste".

-¿Sentís que te transformó en algo este virus?

-Sí. Vos tenés un ideal de vida, de familia, de trabajo y cuando te enfrentás a estas situaciones, perdés todo eso. Ahí ves tu grado de vulnerabilidad, que todo aquello que vos imaginabas lo perdiste. Cuando vos perdés todo, sos peligroso. Hace tiempo, Renata puso dinero en la bolsa de valores con una mentalidad muy conservadora: con miedo a perder y perdió. Conversando, me dijo: "Por el Covid-19 perdí mucha plata, pero al mismo tiempo perdí otras cosas". Perdió la rutina, la libertad de ver a su madre, la posibilidad de salir a buscar trabajo, de despedir a su tía que murió de cáncer en estos días, de consolar a su prima. Sabia, me dijo: "Yo aprendí a perder y perdí el miedo a perder, porque perdí". Lo que estamos haciendo es perder. Estamos perdiendo y estamos perdiendo el miedo a perder.

-¿Y qué creés que tiene de bueno aceptar perder?

-Muchas veces cualquier tipo de miedo te paraliza. Para algunos va a ser liberador. Yo te observo y vos fuiste un Nicolás antes y otro cuando perdiste tu mamá, vos cambiaste radicalmente, tu forma de ser, de pensar, de encarar la vida. Lo que estamos teniendo es una pérdida. Tal vez la gente después de todo esto, consiga demostrar más el cariño, valorice más un abrazo o un encuentro. Va a ser interesante: algunos vamos a haber perdido el miedo a perder.

 

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