“Todo va a estar bien, nunca volverás a tener hambre. Nunca volverás a llorar”. Ésas fueron las últimas palabras que una joven madre le dijo a su bebé de 11 meses antes de matarlo. La mujer confesó el crimen ante la justicia y luego relató el momento ante el juez recreando con un muñeco cómo fue que acabó con la vida del pequeño.
Todo ocurrió en Rusia y la protagonista de tal aberrante hecho fue identificada como Yulia Khabitova, de 28 años de edad. Previo a confirmar el crimen la mujer había denunciando ante la policía que Timur se había perdido. Sin embargo la maniobra no pudo sostenerla mucho en el tiempo y finalmente confesó todo.
Al momento de preguntarle por qué lo hizo, ella aseguró que le molestaba el llanto del bebé que "siempre tenía hambre" y que "no le quedaba comida en el refrigerador" para satisfacer ese llanto.
La escena del crimen la mujer la recreó con un muñeco y una cuerda que pasó y entrelazó fuertemente por el cuello. La madre del bebé dijo que lo apretó y asfixió de esa forma hasta que dejó de respirar. Posteriormente cubrió su cuerpo con una cobija y lo enterró en el jardín, bajo fertilizante.
La mujer criaba sola a ese bebé y a otra nena que tiene de 5 años de edad y que no le pasó nada. El padre del pequeñito fue identificado como Denis Tkachev, de 34 años, pero no se sabe más nada de él. Ella trabajaba en un local comercial apilando estantes de comida pero el dinero no le alcanzaría.
"El bebé se encontraba bastante descuidado", dijo una joven que era niñera del bebé y que al final empezó a comprarle comida para cuidarlo al advertir que la madre se había desentendido.
"Sentí pena por el niño. Tenía hambre. Le compré puré de bebé, verduras y carne, le preparé comidas calientes", aseguró la joven que cuidaba al niño en el medio británico Daily Mail.
