Dos adolescentes estadounidenses estaban viendo la televisión en la casa de su familia en California cuando escucharon un fuerte ruido.
Con muchísima sorpresa relataron que descubrieron que no se trataba de un ladrón sino de un intruso de 115 kilos.
Es gracias a la cámara de seguridad que se puede ver cómo el animal ingresa a la casa, abre la heladera, saca la comida que encuentra y se la come en el living. El "intruso" no tuvo pena de devorarse carne de tacos e incluso un pote de helado que había en el freezer.
Después se dirige a la habitación en la que estaban los chicos y uno de ellos logra avisarle a su mamá lo que ocurría a través de su reloj inteligente.
Finalmente, una oficial de la policía lo durmió con una pistola de dardos tranquilizantes.
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