El Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), bloque integrado por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein, cerraron hoy en Buenos Aires un acuerdo de libre comercio, lo que abrirá a las empresas regionales un mercado que importa bienes y servicios por más de US$ 500.000 millones al año.
El logro del acuerdo fue anunciado por el canciller Jorge Faurie, quien afirmó que "el acuerdo permitirá potenciar las exportaciones argentinas en busca de mayor empleo".
"Además, contribuirá a mejorar nuestra integración con países que poseen altos estándares institucionales y tienen un elevado nivel de desarrollo y equidad económica", afirmó el jefe del Palacio San Martín, donde hoy se desarrolló la nueva ronda de negociación bilateral que culminó en acuerdo.
Faurie explicó que el EFTA "representa un mercado de países con economías desarrolladas e integradas a las cadenas globales de valor, con PBIs per cápita muy elevados" y entendió que el acuerdo "es una plataforma para seguir potenciando las inversiones de empresas de EFTA en el país e impulsar industrias estratégicas para el desarrollo argentino".
Las exportaciones de Argentina a este mercado de países europeos suman US$ 1.300 millones anuales, posicionándose como el 10° destino de exportación del país, y a partir de ahora se abre un potencial de crecimiento ya que ese bloque importa por más de US$ 500.000 millones al año y exportaron por más de US$630.000 millones.
Tras el anuncio, el ministro de Produccióń y Trabajo, Dante Sica, dijo que "los acuerdos con EFTA y la Unión Europea abren para las PyMEs casi todo el mercado europeo y son una gran oportunidad para aumentar las inversiones".
Sica precisó que ambos bloques europeos "constituyen la principal fuente de inversión extranjera en la Argentina, con un stock de US$37.000 millones" y destacó que en los últimos tres meses culminaron "negociaciones fundamentales para integrar a la Argentina en el escenario internacional".
También sobre el acuerdo, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, explicó que "los países de EFTA son economías abiertas y desarrolladas con flujos comerciales mucho más altos de lo que cabría esperar de un mercado con reducida población".
"Como en otras negociaciones en curso, nuestros objetivos centrales fueron abrir más mercados para nuestras PyMEs industriales y agrícolas; integrarnos a las cadenas globales de valor; incrementar las exportaciones de servicios; y atraer inversiones productivas", desarrolló Reyser.
Tras el cierre de las negociaciones, el funcionario de Cancillería agregó que "Suiza y Noruega tienen gran potencial en materia de inversiones" por lo que es necesario concentrarse "en generar condiciones para atraer IED en sectores clave como minería, manufacturas y energía", para lo cual "Noruega cuenta con el mayor fondo inversor del mundo".
La EFTA, conformada en 1960, es una organización intergubernamental establecida para la promoción del libre comercio y la integración económica en beneficio de sus Estados miembros.
Las negociaciones entre los bloques tuvieron un carácter amplio y abarcaron no solamente el comercio de bienes (agrícolas, agroprocesados, pesqueros e industriales), sino también el comercio de servicios y la apertura recíproca de los mercados de compras gubernamentales.
En ese sentido, se negociaron una serie de disciplinas comerciales respecto de reglas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, normas técnicas, defensa de la competencia, inversiones y propiedad intelectual.
El acuerdo Mercosur-EFTA establecerá, asimismo, sus estructuras institucionales de administración y su propio sistema de solución de diferencias.