Australia

"Ella era feliz golpeándonos", dijeron sobre la macabra secta que drogaba a niños

Cómo era vivir con Anne Hamilton-Byrne, líder de "La Familia", la macabra secta australiana.
sábado, 13 de julio de 2019 13:24
sábado, 13 de julio de 2019 13:24

Si uno viera a Ben Shenton ahora, jamás adivinaría su pasado. Lleva más de dos décadas casado, tiene dos hijos y un trabajo estable. Pero tuvo una crianza bastante inusual.

Cuando era bebé, su madre lo entregó a una famosa secta australiana llamada "La Familia", dirigida por Anne Hamilton-Byrne y William, su esposo.

Anne era una hermosa y carismática mujer que promovía el yoga y la meditación y que fundó la secta en los años 60. Sus seguidores la veían como la reencarnación de Jesucristo y a los niños que vivían con ella les hacían creer que era su madre.

La Familia creía que el mundo se iba a acabar y sus seguidores tendrían que reeducar a los sobrevivientes.

Muchos de los niños, ahora adultos como Shenton, han hablado del trato cruel que recibieron. Entre 14 y 28 menores vivían en una propiedad rural en las afueras de Melbourne, en el sur de Australia.

Las fotos de los cautivos, de los años 70 y 80, son bastante inquietantes. Se les ve vestidos con trajes iguales y todos llevan el mismo corte de pelo.

Muchos de ellos tenían el cabello rubio decolorado y los obligaban a tomar drogas.

Anne Hamilton Byrne, quien murió en junio, en Melbourne, a los 98 años, vivía en el extranjero la mayor parte del tiempo y visitaba ocasionalmente la propiedad de La Familia.

Shenton tuvo poco contacto con gente externa a su "familia", formada por los niños y unos autodenominados "tíos" y "tías".

Estos "tíos" los educaban, les impartían sesiones de yoga y meditación y eran muy leales a Anne.

Pero Shenton sí podía acceder al mundo exterior a través de libros. En ese entonces, le fascinaban los libros de historia sobre la Segunda Guerra Mundial.

Empezó a referirse a la propiedad en la que vivía como "campo de concentración".

"Vivíamos detrás de alambres de púas. Los 'tíos' eran los guardias. Era solo un apelativo, pero había coincidencias", dice Shenton a Emily Webb, del programa Outlook de la BBC.

Aquí un resumen de su conversación con Webb sobre la vida con "La Familia".

¿Qué pasaba si los niños se portaban "mal"?
Había un libro de reglas (y castigos) aprobadas por Anne. Variaban entre escribir miles de líneas, recibir correazos y sumergirnos en el agua hasta casi asfixiarnos. Otro de los castigos era sostener las manos de la gente sobre velas encendidas. Ver eso podía dejar una seria cicatriz emocional.

¿Qué tipo de ambiente creaba eso para ustedes?
De miedo puro. No sabes cuándo va a ocurrir (un castigo) y tienes que idear mecanismos para enfrentarlos. Como dicen, perro come perro.

¿Qué implicaba eso de "perro come perro?
Sobreviví volviéndome el "soplón de la clase". Cuando me enojaba mucho con mi hermano menor, que tenía asma, esperaba a que hiciera algo y lo acusaba, sabiendo que lo encerrarían en el baño y lo pasaría mal.

Así que pude usar el abuso de los mayores para no tener que hacer nada yo directamente. Me tomó mucho tiempo pedirle perdón. Él ha entendido amablemente de dónde venía eso. Pero tienes que vivir con esas cosas.

Supongo entonces que los niños no eran muy unidos.

No éramos un grupo, no permitían que nadie estableciera relaciones cercanas. Anne quería el único afecto y todo el afecto. Tan pronto como veían que surgía algún nivel de unión, éramos rápidamente separados.

Golpes con el tacón de aguja

¿Cómo era cuando Anne y su esposo volvían del extranjero?
Era casi como si llegara una estrella de rock. (Los tíos) estaban muy emocionados, pero al mismo tiempo había mucho miedo. A menudo preguntábamos si estaba de buen o mal humor y el mal humor significaba que el infierno se desataba.

Ella era muy feliz golpeándonos con su tacón de aguja.

Pero cuando estaba calmada era muy carismática, ¿no?
Ella era muy carismática, se había sometido a cirugías plásticas, se vestía bien, y realmente atraía a la gente.

¿Qué sentías por ella?
No teníamos puntos de referencia. Todos hablaban de ella como nuestra madre. Lo que hacía era lo que hacían las mamás. No había otras personas con las que pudiera hablar sobre cómo era mi mamá. No había otra narrativa en competencia.

¿Alguna vez te dio drogas?
Sí, recuerdo mucho el Valium, hasta el punto que muchos de nosotros éramos muy sensibles a la luz. La luz del sol era extremadamente dolorosa. Luego, cuando cumplías 14 o 16 años, era el LSD.

Fuente: BBC Mundo

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