La semana próxima se realizará la 55° de Jefes de Estado del Mercosur donde el presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, recibirá a sus pares en localidad de Bento Goncalvez, Río Grande do Sul y en el marco de fuertes disputas políticas dentro y fuera de la unión aduanera.
La reunión será la última a la que asistirá el Presidente Mauricio Macri, previa al traspaso del poder el próximo 10 de diciembre.
El encuentro, que se iba a realizar, en principio, a mediados de diciembre, fue adelantada por el mandatario brasileño, tras los chisporroteos cruzados con el presidente electo de la Argentina, Alberto Fernández.
Las deliberaciones comenzarán el lunes 2 de diciembre, cuando se reúna la Comisión de Comercio del Mercado Común, que presentará todas las modificaciones sugeridas al Tratado, sector por sector.
El martes 3, el Grupo Mercado Común, que es el órgano ejecutivo del Mercosur, aprobará los cambios sugeridos por la Comisón del Comercio, en el marco de fuertes disputas entre los socios principales del bloque por el nivel del arancel externo común.
Al día siguiente, el Consejo del Mercado Común, que es el máximo órgano político del bloque, emitirá las decisiones acordadas durante la cumbre.
Las deliberaciones culminarán el jueves 5 con la cumbre de los presidentes de los países signatarios del Tratado de Asunción.
El presidente del Brasil sugirió hace unas semanas bajar del 14% al 6% el arancel externo común del bloque, tras la decisión de abrir su economía.
Esto desató un cruce de declaraciones entre Brasilia y Buenos Aires y que, si bien la disputa no fue a mayores, obliga a todas las partes a discutir la nueva estructura arancelaria.
Bolsonaro planteó su discrepancia y amenazó con comprar 750.000 toneladas de trigo desde los Estados Unidos si no se accedía a sus demandas, echando virtualmente por tierra toda posibilidad de alcanzar un acuerdo durante la cumbre.
Brasil produce solo 5 millones de toneladas de trigo frente a un consumo de demanda de unos 12 millones de toneladas del cereal, que habitualmente es vendido por la Argentina.
En el caso de los automóviles, Brasilia busca que el arancel externo se reduzca desde el 35% al 20%, lo que obligaría a todas las empresas con plantas radicadas a uno y otro lado de la frontera a revisar sus planes de inversión.
En este marco es que el Mercosur alcanzó a firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea, al cabo de 20 años de negociaciones. El acuerdo comenzará a discutirse sector por sector, con un plazo de unos 10 años para adecuar las producciones de ambos bloques.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, aseguró esta semana que el acuerdo cerrado con Mercosur está "vivo y coleando", ante las críticas de agricultores europeos o quienes consideran que no cuenta con suficientes requisitos para proteger el Amazonas.
"El acuerdo con el Mercosur está vivo y coleando. Lo hemos concluido a nivel político y ahora estamos confirmando los últimos detalles técnicos, y la traducción y verificación legal siguen su curso", indicó Malmström, según informó la agencia EFE.
La comisaria confió en que "quizá a finales del año próximo" pueda estar "listo para presentarlo a los ministros para que lo sigan tramitando".
Sobre las críticas a Brasil por su actitud ante la deforestación del Amazonas, la Comisión Europea ha insistido en que hay que esperar a que el acuerdo de asociación entre en vigor para que tengan efecto los compromisos medioambientales legalmente vinculantes que han hecho los firmantes.
La comisaria advirtió que "estamos en contactos políticos con todos los gobiernos del Mercosur, y todos los compañeros dicen que si no se respetan (esos principios), habrá dificultades para respetar el acuerdo".
Fuente: Télam.