Katti_loves_life, en castellano, “Katti ama la vida”. Así se llamaba la cuenta en Instagram de Ekaterina Karaglanova, la joven influencer que fue asesinada pocos días antes de su cumpleaños número 25. La chica, que gozaba de una belleza muy particular, fue encontrada muerta en el interior de una valija y el caso conmocionó a los miles de seguidores que tenía.
La chica se llamaba en realidad Ekaterina Semochkina y había nacido en Rusia, el 30 de julio de 1994. Su belleza la hizo abrir una cuenta en Instagram que tras su muerte, pasó de 90 mil a 115 mil seguidores. Nacida en una familia educada de clase media, se graduó de médica en la Pirogov Russian National Research Medical University y era, hasta su asesinato, residente en un colegio médico en Moscú.
Su muerte conmocionó al mundo porque era una joven con una gran actividad en las redes sociales. Su última foto la había publicado el 22 de julio y en ésta se la podía ver en la isla griega de Corfú con un vestido de encaje negro sobre un maillot y una copa con un trago en su mano. De fondo una enorme pileta y un paisaje que enamoraba.
Sus fans eran para ella muy importante porque la llenaban de ánimo y la mantenían activa todo el tiempo. Ellos le encontraban un gran parecido a Audrey Hepburn y cada vez que se lo decían, expresaba su alegría. Pero fueron ellos los primeros que advirtieron que algo no andaba bien, después de la última foto publicada.
Es que pasó cuatro días sin que ella diera señales de vida en las redes y nadie entendía qué pasaba. Esa misma inquietud luego tuvieron los familiares que viajaron hasta Moscú para buscarla ya que tampoco atendía el teléfono.
El viernes 26 de julio de 2019, sus padres llegaron a la casa donde residía la joven y encontraron el peor panorama. Según relató Infobae, llegaron al edificio de la zona oeste de Moscú y al entrar todo parecía ordenado y limpio. Sin embargo, luego sobre el piso de parquet vieron la gran valija de Ekaterina que tenía una forma extraña y de la que salían dos piernas. Esa valija era la que ella había estado armando para ir a Amsterdam a festejar su cumpleaños número 25, que iba a ser el 30 de julio.
Los comunicados oficiales dijeron que el cuerpo tenía múltiples heridas de arma blanca, incluido un profundo tajo en la garganta. Estaba desnuda a excepción de un portaligas negro. La policía no encontró allí el arma homicida, ni la ropa manchada, ni descubrió rastros de pelea. La valija era la misma que Ekaterina había empezado a empacar para su viaje de cumpleaños, para su escapada con un nuevo amor.
Las cámaras de vigilancia luego confirmó que quien había estado en ese lugar era su ex novio. Las imágenes lo mostraban con guantes de cuero y un carry on metálico perteneciente a Ekaterina. Maxim Garayev, de 33 años, es un especialista y estudioso de Internet con un MBA de la universidad abierta británica y quedó detenido.
Él confesó que la mató porque ella lo habría insultado y humillado mientras tenían sexo. Y relató el horror sin mostrar ninguna emoción: “Ofendió mi virilidad y me ofendió sobre mis posibilidades financieras (...) Me dijo que era feo y que no me compondría ni una cirugía plástica (...) que me iba a llevar un año ahorrar dinero para volvernos a encontrar (...) No pude soportarlo, no me contuve. Perdí el control. Agarré un cuchillo de la cocina. Ella se dio vuelta y la apuñalé en el cuello. Trató de escapar hacia el baño para encerrarse. La empujé fuera del baño y la acuchillé en el pecho y en el cuello al menos cinco veces más (...)".
Luego dijo que estaba arrepentido. Y, agregó frente a los investigadores, que él le daba dinero porque ella era una prostituta que cobraba 158 dólares la hora. El hombre sostuvo que el crimen no había sido planificado, que había sido algo “espontáneo”, que “había perdido el control”. Pero luego de apuñalarla, Maxim quemó la ropa y limpió la escena.
Apenas el caso tomó estado público las redes sociales explotaron y la prensa relató la historia. Una horrorosa foto de la valija en la escena empezó a circular y terminó siendo publicada por el canal REN TV generando conmoción y repudio.