Historia

"Cómo les dices a tus hijos que en unas semanas quedarán huérfanos", el triste desafío de una madre

Desde que Samantha recibió la triste noticia prepara a sus niños para saber cómo afrontar la vida sin ella físicamente pero sí en el corazón.
martes, 25 de septiembre de 2018 21:30
martes, 25 de septiembre de 2018 21:30

"Me siento angustiada por no tener la vida que había planeado con mis preciosos bebés". Samantha McConnell tiene 46 años de edad y hoy se enfrenta a una durísima realidad. Tiene cáncer de páncreas y su pronóstico es terminal. A pesar de no haber tenido síntomas antes de agosto, la enfermedad ya se ha extendido al hígado y los ganglios linfáticos.

Pero para ella eso no es lo peor. Tiene dos hijos pequeños que cuando ella muera quedarán huérfanos. Grace (6) está en edad escolar mientras que Rory (2) aún puede ser cargado en brazos por ella. Ambos no cuentan con padre porque ella los concibió por inseminación artificial con donante de esperma. Tampoco tienen abuelos porque su madre murió en el año 2000, a la edad de 49 años, de una úlcera perforada y su padre en 2005 por una cirrosis hepática. Su hermana se quitó la vida el año siguiente.

 

 

En este escenario, dejará a sus dos hijos efectivamente huérfanos y por eso Samantha desde que recibió la triste noticia prepara a sus niños para saber cómo afrontar la vida sin ella físicamente pero sí en el corazón. Para ello, planea cajas de recuerdos con objetos queridos, regalos para futuros cumpleaños y ositos de peluche cosidos con la ropa de su madre. Además incluye fotos que enviará por correo para que sean recuerdos duraderos.

"Son las últimas fotografías que tomaremos juntas", dice Samantha en Daily Mail donde contó que pese a verse saludable físicamente, su cuerpo ya le está fallando. Está agotada, lucha por comer, sufre de náuseas y ya no es lo suficientemente fuerte como para jugar con Grace. Sabe que se viene lo peor y cuando su cuerpo ya no de más piensa internarse en un hospital para que sus niños no la vean en la peor etapa de la enfermedad.

"No quiero que se acuerden de mi aspecto enfermizo, y no puedo imaginarme cómo sería verlos morir", confesó y luego agregó: "Quiero que solo tengan recuerdos felices de mí, y es por eso que nuestras 'horas doradas' son tan importantes".

En ese momento, Grace y Rory se mudarán de su casa de tres dormitorios en Lincoln a Londres, donde serán criados por la prima de Samantha, una madre casada de dos hijos.

Los "padres" biológicos

A través del European Sperm Bank, Samantha pagó por los espermas de un donante danés llamado Lance, que era un estudiante de medicina de 35 años. "Mi investigación mostró que los niños que han sido concebidos a través de un donante generalmente quieren saber sus raíces, y el Banco proporcionó su fotografía y una grabación de su voz que he conservado para los niños", relató Samantha.

"No me preocupaba tener bebés sin papá. Es mejor que no tengan padre que mal padre, y con el apoyo de amigos y parientes podría darles todo el amor que necesitan", agregó la mujer que con 40 años quedó embarazada por primera vez. 

"Me llené de alegría; me llevó varias pruebas de embarazo asimilar", recordó Samantha. Grace nació en diciembre de 2012 y cuando ella ya tenía tres años decidió buscar otro hijo.

"No quería que Grace creciera sin un hermano y decidí darle otra oportunidad a la FIV", puntualizó quien volvió a usar la serie de espermas que había comprado y para que los hermanitos fueran de la misma sangre 100%

Así Rory nació en agosto de 2016. "Me sentí doblemente bendecido", confesó Samantha quien agregó: "Habiendo sido concebidos al mismo tiempo, son gemelos, a pesar de que nacieron con años de diferencia. Son increíblemente cercanos, aunque muy diferentes ".

 

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