Mallory Gober nació en Phoenix, Arizona, en Estados Unidos, completamente sana, pero al cumplir una semana los médicos le detectaron una infección en su organismo: tenía el virus del herpes neoatal, también conocido como virus del herpes labial.
Dos semanas después, la nena murió. Ahora, su padre Jeff, advierte sobre la importancia de la higiene personal ya que asegura que su hija no tuvo contacto con nadie que tuviese un herpes labial.
“Si algo bueno puede provenir de su muerte y evitar que alguien más experimente la angustia, entonces sería negligente no hacer un esfuerzo. Si tiene un bebé recién nacido, lávese las manos. Mucho. Si alguien quiere abrazar a su bebé, asegúrese de que se laven las manos primero. Luego hágale volver a hacerlo”, aconsejó el hombre en su Facebook según informó The Sun.
Además, contó que “muchas personas infectadas nunca mostrarán síntomas y probablemente ni si quiera sepan que lo tienen” y que “para los recién nacidos, es más que probable que sea fatal, como fue el caso de Mallory”.
“Podrías pensar que debería haber sido fácil de diagnosticar. Seguramente, alguien con una llaga fría y húmeda la besó en la boca, ¿verdad? Mallory nunca estuvo en contacto con una persona son herpes labial activa. Nunca. Nadie la besó en la boca. Es posible ser contagioso incluso sin herpes labial. No tuvo síntomas más allá de una fiebre alta la mayor parte de la primera semana. Y cuando aparecieron las ampollas, probablemente ya era demasiado tarde para que los antivirales fueran efectivos”, relató Jeff.
Y agregó: "Teniendo en cuenta que más de la mitad del mundo tiene el virus del herpes labial, no entendemos por qué tan pocos bebés mueren de la enfermedad, o por qué nuestra hermosa hija Mallory fue la estadística desafortunada. Pero así es como funciona el mundo. Por favor, si estás leyendo esto, sé muy diligente sobre lavarte las manos con los recién nacidos. Estadísticamente hablando, probablemente estés infectado con HSV-1, lo sepas o no”.
Fuente: Telefé Noticias
