Un ataúd cubierto por la bandera de los Estados Unidos y un perro triste que no se separa de su dueño, incluso en su funeral. La imagen retrata a Sully, el labrador de servicio que acompañó en los últimos meses de vida al expresidente George H.W Bush, quien murió el viernes pasado a los 94 años. La emotiva postal dio la vuelta al mundo y se viralizó de inmediato. "Misión cumplida", describieron sus familiares.
El vocero del exmandatario, Jim McGrath, compartió la foto en su cuenta de Instagram. El reconocimiento para al animal fue unánime. Hasta el hijo del exjefe de Estado, George W. Bush, hizo eco de la despedida del perro y publicó la postal en sus redes sociales.
"Por más que nuestra familia vaya a extrañar a este perro, nos reconforta saber que llevará la misma alegría a su nuevo hogar", escribió el también expresidente estadounidense.
Sully había llegado a la vida de George W.H Bush después de la muerte de su esposa, Barbara. Entrenado por la organización VetDogs de América, destinada a proveer de estos animales a los veteranos, se convirtió en su compañero fiel de todos los días.
Como el expresidente estaba en silla de ruedas, el labrador se encargaba de alcanzarle las cosas que necesitaba, abría las puertas y era su gran compañero de los paseos matutinos. Hasta estaba capacitado en pedir ayuda en caso de ser necesario.
Tras la muerte de su acompañante, Sully será llevado al Centro Médico Militar Nacional Walter Red, en donde asistirá a soldados heridos y personal de servicio activo en su recuperación.
Sin embargo, el perro seguirá acompañando a la familia Bush durante el funeral en Washington y el entierro en Texas.
Fuente: TN