Keely Favell vivió una difícil situación cuando comenzó a notar que su vientre crecía sin parar. En un primer momento pensó que estaba embarazada pero la realidad era que tenía un quiste que llegó a pesar 26 kilos. Las pruebas de embarazo demostraron que no estaba esperando un bebé pero al ver que su vientre crecía pensó que estaba acumulando peso.
Tras visitar al médico y después de hacer análisis de sangre y pruebas de embarazo, decidieron hacer una ecografía que reveló que tenía un quiste ovárico que pesaba como siete bebés recién nacidos. "Durante un par de años gradualmente fue creciendo mi vientre y no lo entendía porque estaba haciendo ejercicio y comiendo sanamente, pero poco a poco iba creciendo. Se agrandó tan lentamente que no sabía que algo estaba mal", expresó la joven identificada como Keila (28) en The Mirror.
Con su pareja Jamie Gibbins durante 10 años, pensó que podría estar esperando un bebé. "Nos preguntamos un par de veces si estaba embarazada pero hicimos al menos tres pruebas caseras y lo descartaron", agregó suponiendo que era un simple aumento de peso.
“Mis análisis de sangre se volvieron claros y cuando me desmayé otra vez, me dijeron que probablemente era un efecto secundario de las pastillas para el acné que me habían recetado. Pero había dejado de tomarlos seis meses antes", recordó la chica que se sometió a una operación de cinco horas para eliminar el crecimiento, que ella apodó el Sr. Whippy, y perdió un tercio de su peso corporal.