Alrededor de 147,3 millones de brasileños empadronados decidirán este domingo si durante los próximos cuatro años serán gobernados por el candidato de derecha Jair Bolsonaro, que lidera las encuestas de intención de voto, o por el izquierdista Fernando Haddad.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 63 años, ganó la primera vuelta con 46% de los votos, frente a 29% para Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). Los sondeos del balotaje le auguran una victoria por 56% a 44%.
Sus electores prestaron más atención a su promesa de combatir una criminalidad galopante flexibilizando el porte de armas y a sus denuncias contra la corrupción que a sus exabruptos misóginos, homofóbicos y racistas o a su falta de iniciativas importantes en sus 27 años como diputado.
El vencedor deberá gobernar junto a un Congreso con partidos debilitados por los escándalos y dominado por los lobbies conservadores del agronegocio, de las iglesias evangélicas y de los defensores del porte de armas.
El PT seguirá siendo la primera fuerza en la Cámara, pese a haber perdido varios diputados tras ser uno de los partidos más golpeados por las investigaciones sobre sobornos en Petrobras. Ese escándalo llevó a la cárcel a su líder histórico, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel.
Haddad, de 55 años, fue designado candidato en septiembre, en reemplazo de Lula.
Su despegue se dio sobre la base de millones de brasileños que se beneficiaron de las políticas de inclusión social de Lula. Pero no consiguió, superada la primera vuelta, más que el "apoyo crítico" de los principales dirigentes de centroizquierda, que reprochan al PT sus manejes político-financieros durante sus años en el poder.
Quien resulte electo sustituirá el 1º de enero de 2019 al conservador Michel Temer, el presidente más impopular desde el retorno de la democracia, que asumió el cargo en 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, del PT, acusada de manipular las cuentas públicas.
Fuente: Télam