Cobertura Especial

En la homilía, Francisco pidió: "vencer grandes y sutiles mezquindades y ambiciones"

El Papa Francisco brindó una misa en el Parque O'Higgins ante una multitud, entre los que habían cientos de sanjuaninos. En la ceremonia el Sumo Pontífice pidió para que todos tengan pan, respeto y alegría.
martes, 16 de enero de 2018 10:50
martes, 16 de enero de 2018 10:50

Por: Javier Tello /enviado especial

Una verdadera fiesta religiosa se vivió este martes en el Parque O'Higgins, en Chile. Es que el Papa Francisco brindó una misa ante miles de fieles que fueron ingresando al predio desde muy temprano. Cuando aún no amanecía, el predio aún estaba a oscuras y el frío se hacía sentir, la gente comenzó a ingresar para ubicarse en los distintos puntos dispuestos para la ocasión. Las horas de espera fueron amenas gracias a las diferentes actividades que pusieron en marcha los voluntarios y que implicó desde cantar hasta refugiarse en la oración.

Minutos antes de las 10 de la mañana, y tras participar de un encuentro con la presidenta Michelle Bachelet, el Sumo Pontífice llegó en el Papamóvil hasta el Parque donde fue recibido por los fieles con banderas en alto y gritando su nombre. La emoción se vivió a flor de piel y la alegría no fue ocultada por los peregrinos que esperaron con ansias la llegada de este momento.

Media hora después, justo a las 10.30 como estaba previsto, Francisco dio inicio a la ceremonia religiosa. Lo hizo ante un predio colmado y con el sol acompañando en todo momento. En la ocasión tuvo palabras de aliento para cada peregrino y los invitó a trabajar para que todos tengan pan, respeto y alegría.

"Hay que vencer grandes y sutiles mezquindades y ambiciones... No hay que tener prestigio a costa de otros... El trabajador de la paz sabe que no alcanza con decir 'no le hago mal a nadie'. Y ya como decía el padre Hurtado 'está bien no hacer mal a nadie pero está mal no hacer el bien'", dijo Francisco recordando al obispo que fue tan querido por la comunidad chilena.

Luego pidió "construir la paz" como "un proceso que nos convoca y estimula para gestar relaciones para ver en mi vecino no a un extraño sino a un compañero". En este escenario, dijo: "bienaventurados los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios".

La ceremonia religiosa duró poco más de una hora y una vez terminada, hubo momentos de mucha alegría y los peregrinos aprovecharon para hacer fotos en cada rincón para recordar la experiencia vivida.

 

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