Tecnología

¿Cómo funcionan por adentro los laboratorios de antivirus?

Entrá a esta nota y conocé cómo trabajan dos de los principales desarrolladores de software anti-malware del mundo: Avast y ESET.
martes, 9 de febrero de 2016 18:21
martes, 9 de febrero de 2016 18:21
Son frecuentes las noticias vinculada con ataques informáticos, ya sea porque una empresa conocida sufrió un incidente, porque está creciendo la cantidad de virus creados para infectar celulares o porque, en el auge que están experimentando los dispositivos conectados en el hogar para "hacernos la vida más fácil y cómoda", hay quienes advierten que estos equipos podrían ser atacados fácilmente por un hacker.

En esta batalla contra el cibercrimen hay varios actores: entre ellos, los desarrolladores de software anti-malware, es decir, que intentan (no siempre con éxito) proteger a los dispositivos informáticos de esos ataques. En esta categoría hay dos firmas europeas, Avast y ESET, que se encuentran dentro de los 10 principales a nivel mundial (junto con Kaspersky, el gigante ruso). Mientras que el primero cuenta con más de 230 millones de usuarios activos en todo el globo, de los cuales en la Argentina 5 millones utilizan sus soluciones para computadoras y 1 millón tiene el antivirus instalado en su dispositivo móvil, el segundo tiene más de 900 empleados y presencia en más de 180 países.

Clásico y moderno
En Praga, la capital de República Checa, Avast acaba de inaugurar su casa matriz de 15.000 metros cuadrados, distribuidos en 6 pisos que son ocupados por más de 500 empleados. Orgulloso por este acontecimiento, Vincent Steckler, CEO de la firma, explica a LA NACION que estas oficinas son las primeras de todo el país en implementar el estilo "Silicon Valley". Con una sonrisa permanente, y minutos antes de la gran fiesta inaugural que contó con la presencia del campeón mundial de ajedrez, Gari Kaspárov, el ejecutivo le resumió: "Nosotros queremos que los empleados estén tan cómodos acá como en su casa. Por eso tenemos un cine, una sala de juegos, un estudio con instrumentos musicales y una biblioteca, entre otros detalles".

Un detalle que llama la atención es que todos los que forman parte de la plantilla de Avast pueden invitar a almorzar a su familia o a amigos. El discurso se plasma en la práctica porque en el salón comedor llamado "Canteen" se observan niños y abuelos. Tres datos llamativos: primero, la comida es variada, rica y abundante. En segundo lugar, tanto el desayuno como el almuerzo no tiene costo para los empleados ni para sus invitados y, por último, reina la "horizontalidad". De hecho, los más altos ejecutivos de la firma se sientan en los mismos tablones largos y rojos que el resto del plantel, y hacen la fila con su bandeja para elegir el plato que desean comer.

En tanto, en la capital de Eslovaquia, llamada Bratislava, se encuentra el cuartel general de ESET. Aquí también trabajan más de 500 personas, pero el concepto es más tradicional: hay oficinas cerradas y cada uno debe ocuparse por lo que almuerza. En cada piso hay un pequeño comedor y no hay más servicios que un pequeño gimnasio. "De todos modos, la gente de la empresa tiene pase gratis para usar el del shopping center que está conectado a la torre donde se encuentran estas oficinas", aclara Robert Lipovksy, un investigador de la empresa que oficia de guía durante el recorrido de LA NACION por el laboratorio.

24 horas
Ambos centros trabajan las 24 horas, todo el año, con software desarrollado por ellos mismos. Al ingresar, las salas de recepción están son muy modernas y coloridas. En contraposición, en los laboratorios las paredes y escritorios son blancos, hay unos monitores gigantes que ofrecen datos en tiempo real sobre el malware detectado, el código por analizar y otras estadísticas similares para que los empleados sepan en tiempo real cómo es panorama global de la ciberdelincuencia.

Mientras que en otras áreas de las empresas se ven mujeres, acá son todos hombres jóvenes. Cada uno trabaja con dos pantallas en simultáneo y el silencio es total. Algunos son ingenieros y otros programadores. "Sin embargo, hay muchos que no tienen un título de grado, ya que aprendieron el oficio de manera autodidacta. Realmente en ninguna universidad enseñan materias vinculadas con detectar malware o encontrar una solución a un ciberataque", explica David Fiser, uno de los investigadores del laboratorio de Avast.

Cuidado con las redes Wi-Fi abiertas
A medida que los ciberdelincuentes desarrollen más malware para dispositivos móviles, aumentarán los ataques a través de las redes Wi-Fi. "Una de las características de los latinoamericanos es que, para evitar el costo de acceder a Internet a través del operador de telefonía celular, se conectan con mayor frecuencia a las redes Wi-Fi que son libres y gratis, como la de los shoppings o las estaciones de servicio. Nosotros desaconsejamos este hábito porque seguramente miles de usuarios se conectan diariamente a ellas, y para los malhechores es muy fácil ingresar por estas redes para llegar hasta los smartphones ¿Qué podría pasar? Por ejemplo, tomar las contraseñas y capturar los datos personales", explica Gagan Singh, presidente de la división Mobile de Avast.

Este ejecutivo insiste: "Todo el problema con la seguridad de la información tiene que ver con la conexión a la Red, por eso es tan importante tener un anti-malware instalado y utilizar contraseñas fuertes.

Los ejecutivos no pueden vaticinar mucho más allá en el tiempo: "Quizás exista una solución anti-malware para cada categoría de productos, llámese computadoras, dispositivos móviles y wearables, entre otros", arriesga Steckler.

En algo, todos los entrevistados están de acuerdo: la ciberdelincuencia mueve mucho dinero, y seguirá existiendo a través del paso del tiempo.

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