Naturaleza

Google festeja con su doodle el 41 aniversario del descubrimiento del Santuario de la Mariposa Monarca

Las mariposas monarca son conocidas por la increíble migración masiva que cada invierno lleva a millones de ejemplares a California y México
sábado, 9 de enero de 2016 00:00
sábado, 9 de enero de 2016 00:00

Con un doodle estático en el que se ve una mariposa dejando una huella de polen que forma las letras del buscador más famoso del mundo, Google celebra los 41 años del descubrimiento del Santuario de la Mariposa Monarca.

La Mariposa Monarca se aloja entre noviembre y marzo en los bosques del centro de México y el lugar donde más se las conserva es la Reserva de la Biósfera que está conformada por más de 16,100 hectáreas que comprenden los municipios de Contepec, Senguío, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo, en Michoacán; y Temascalcingo, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allende, en el Estado de México.

Según publicó la National Geographic, las mariposas monarca son conocidas por la increíble migración masiva que cada invierno lleva a millones de ejemplares a California y México. La monarca norteamericana es la única mariposa que realiza una travesía tan espectacular, con una distancia cercana a los 5.000 kilómetros. Estos insectos deben partir cada otoño antes de que llegue el frío, que acabar con ellos si se demoran demasiado.

Las mariposas monarca nacen en huevos, de los que eclosionan en forma de larva. A continuación se comen la cáscara del huevo y después se alimentan de las plantas del algodoncillo sobre las que nacieron. Las mariposas monarca dependen de las plantas del algodoncillo, que constituyen prácticamente el único alimento de las larvas. Conforme engordan, se convierten en coloridas orugas y luego en mariposas coloreadas en negro, naranja y blanco. 

Muchos científicos están preocupados por la población oriental de mariposas monarca, que pasan el verano al este de las Montañas Rocosas. Este grupo cada vez es más reducido, y su supervivencia puede verse amenazada por diversos desastres naturales en sus hábitats invernales mexicanos, así como por la menor superficie de plantas del algodoncillo en su hogar estival.


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