Guerra religiosa

Tras los bombardeos de EEUU en Siria, el Estado Islámico juró venganza

Los primeros ataques estadounidenses han golpeado arsenales, puestos de control y edificios administrativos empleados por los militantes yihadistas en las provincias de Al Raqa y Deir al Zur. Ahora el EI aseguró que no se quedará quieto ante esto.
martes, 23 de septiembre de 2014 08:49
martes, 23 de septiembre de 2014 08:49
En la noche del lunes y madrugada del martes, Estados Unidos, apoyado por varios países del Golfo Pérsico, bombardeó de manera aérea varios espacios dominados por el Estado Islámico (IS) en suelo sirio. Realizó 50 ataques contra sus posiciones en Raqqa, su cuartel general, y zonas fronterizas con Irak. Tras esto, desde la organización yihadista anunciaron que tomarán venganza por lo ocurrido.

Según publica diario El Mundo de España, los primeros ataques estadounidenses, de acuerdo a lo informado por funcionarios norteamericanos, han golpeado arsenales, puestos de control y edificios administrativos empleados por los militantes yihadistas en las provincias de Al Raqa y Deir al Zur. Han participado cazas y bombarderos junto a la aviación de al menos cinco aliados árabes: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Jordania y Bahrein. Además, se han lanzado 47 misiles Tomahawk desde buques de la Marina estadounidense situados en el golfo o el mar Rojo.

"Teniendo en cuenta que estas operaciones están en curso, no estamos en condiciones de proporcionar detalles adicionales en este momento", precisó el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, en un comunicado publicado anoche.

Decenas de yihadistas muertos
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que cuenta con una red de informantes y activistas sobre el terreno, los bombardeos han causado un número indeterminado de víctimas. Una veintena de ataques se han centrado en Raqqa, la capital 'de facto' del califato proclamado a finales de junio; su periferia norte y oeste y localidades como Tabaqa, Tel Abiad y Ain Aisa, ubicadas en la provincia de Raqqa. Uno de los blancos ha sido la antigua sede del Gobierno provincial de Raqqa, transfigurado en centro clave del IS. Más de 20 yihadistas perdieron la vida en el ataque contra dos posiciones del IS en la zona, según la citada ONG.

En la provincia de Deir al Zur, la coalición internacional ha lanzado 22 ataques contra posiciones yihadistas en la villa de Abu Kamal, limítrofe con Irak, y otros ocho en la periferia de la ciudad de Deir al Zur. El IS -que capturó en junio Mosul, la segunda ciudad de Irak- ha logrado con sus arremetidas borrar la frontera entre Siria e Irak consolidando su control sobre amplias zonas de ambos países y gobernando a unos 11 millones de habitantes.

La escalada fue anunciada el pasado 10 de septiembre por Barack Obama en su discurso a la nación. Hace un mes EEUU inició los vuelos de vigilancia sobre Siria y, ante la inminente ofensiva, las huestes del IS evacuaron sus oficinas, reubicaron el armamento pesado y trasladaron a sus familias fuera de la ciudad. Los bombardeos también han alcanzado a militantes del frente Al Nusra, la sucursal autorizada de Al Qaeda en Siria. Al menos 30 de sus miembros habrían muerto en ocho ataques contra campos de entrenamiento, fábricas de armamento y edificios administrativos en la provincia de Alepo.

Las reacciones no se han hecho esperar. Un combatiente del IS ha asegurado que "los ataques serán respondidos" en declaraciones a Reuters. El régimen de Bashar Asad -que, según su ministro de Exteriores, fue informado del ataque estadounidense a través del enviado permanente de Siria ante la ONU- declaró que apoya todos los esfuerzos contra los yihadistas. Rusia, su principal valedor internacional, ha insistido en que la ofensiva supone "una violación de la soberanía" siria y "agrava aún más la situación" en la región.

Obama -que durante el último año se mostró reticente a iniciar ataques aéreos sobre Siria- aseguró en su alocución de hace dos semanas que, en ningún caso, coordinaría con Asad las embestidas contra el IS y se comprometió a entrenar y armar al Ejército Libre Sirio en un programa diseñado por el Pentágono que se llevará a cabo en bases de Arabia Saudí. La incógnita de esta nueva ofensiva, sin embargo, es saber a quien beneficiará sobre el terreno.

Fuente: El Mundo

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