Él es Duke Roberts, un labrador negro de tres patas, hijo de los Roberts y habitante de Houston, Texas. Duke padeció por años un cáncer de huesos llamado osteosarcoma, y finalmente su familia tomó la difícil decisión de ponerlo a dormir. El último día de Duke fue hermoso y triste para los Roberts y ahora para los cientos de lectores que vieron su historia a través del blog que la fotógrafa y amiga de la familia, Robyn Arouty, compartió al mundo.
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