Era médica y siempre manifestó que si tenía muerte cerebral no quería que le extendieran la vida. Su esposo le respetó la decisión y a pesar de estar embarazada de 23 semanas, este domingo le quitaron el respirador automático, lo que le produjo la muerte de inmediato. Su bebe corrió el mismo destino.
Sucedió en Texas, Estados Unidos y el caso conmocionó al mundo. A diferencia de la decisión de la familia de no extenderle la vida a Marlise Muñoz, el hospital se había opuesto argumentando que la ley del estado de Texas no permite retirar la asistencia del respirador si la paciente es una mujer embarazada.
Dicha ley fue aprobada en 1989 y modificada en 1999. Ésta tiene injerencia en las pacientes en estado vegetativo o en coma pero no en las que están con muerte cerebral, como sucedió con esta mujer.
Sin embargo la familia apeló a la justicia y ésta le dictó un ultimatum al centro de salud para que le retirara a la paciente la asistencia de vida artificial.