El sumo pontífice se apoyó en la certeza del amor de Dios y destacó el papel de la cruz en todas esas mujeres que por alguna causa perdieron a sus hijos. En este contexto, Francisco recordó a los más de 200 jóvenes que murieron a principio de año en la ciudad de Santa María en Brasil, víctimas del incendio en un boliche.
"En la cruz de Cristo está todo el amor de Dios y su inmensa misericordia. Es un amor en el que podemos fiarnos y creer. Queridos jóvenes guiemos en Jesús y confiemos en él porque él nunca defrauda a nadie. Solo en Cristo muerto y resucitado encontramos la salvación y redención. En él, el mal y la muerte no tienen la última palabra porque nos da esperanza y vida. Ha transformado la cruz en un signo de amor, de triunfo y de vida”, señaló Francisco.
La ceremonia, hablada en castellano y portugués, también hizo alusión al flagelo de la droga que tira al piso y mata a miles de jóvenes; como así también subrayó las miles de personas que mueren en el mundo víctimas del hambre mientras toneladas de comida se desperdicia en el globo.
"No hay en nuestra vida cruz, pequeña o grande que sea, que el Señor no comparta con nosotros pero la cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor y nos enseña a encontrar en el otro misericordia y amor pero, sobre todo, al que tiene necesidad de ayuda y espera nuestra palabra. La cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Muchos rostros hemos visto en el vía crucis y acompañaron a Jesús hasta el calvario”, sentenció Francisco quien luego preguntó a gritos a todos los presentes: "yo te pregunto a vos ¿cómo quién querés ser? ¿como pilatos que no tiene la valentía de ir contra corriente y salvar la vida de Jesús y se lava las manos y mira para otro lado? ¿Cómo quien querés ser? ¿como Pilatos, como el Sirineo, como María? Jesús te está mirando y te dice ¿me queres ayudar a llevar la cruz? hermano y hermanos, con toda la fuerza de los jóvenes ¿qué le contestás?”.