Río de Janeiro

El Papa Francisco visitó un hospital donde se recuperan adictos a las drogas

El Sumo Pontífice llegó a la ciudad carioca para estar con pacientes que se recuperan de adicciones. Antes de subir al avión, rompió el protocolo y saludó a varios fieles.
miércoles, 24 de julio de 2013 19:23
miércoles, 24 de julio de 2013 19:23
El Papa Francisco llegó esta tarde a las 18.19 al hospital San Francisco de Asís de la Providencia, de Río de Janeiro, donde se recuperan jóvenes adictos al crack.

El pontífice no se trasladó en el papamóvil, como estaba previsto, a raíz de los ajustes en el protocolo de seguridad que se realizaron tras las fallas registradas en la llegada del Papa a la ciudad. El automóvil recorrió al trayecto hasta el hospital en medio de gente que se agolpaba en las calles bajo la lluvia, según relata el diario La Nación.

Antes, Francisco dejó en helicóptero la ciudad de Aparecida rumbo al aeropuerto San José dos Campos, interior del estado de San Pablo, desde donde regresó en un avión militar a Río de Janeiro, luego de cumplir su última actividad en Aparecida en el Seminario Bom Jesús.

En el papamóvil rumbo al helipuerto, el papa rompió el protocolo, mientras llovía bajó del papamóvil y caminó unos metros para besar a un niño, causando el delirio de los fieles. Luego volvió al papamóvil y se dirigió saludando a la multitud en la ciudad-santuario de Brasil hacia el helipuerto.

Tras oficiar una misa ante unas 200.000 personas y prometer que volverá en 2017, cuando se cumple el 300 aniversario de la aparición de la Virgen patrona de Brasil, el pontífice salió en helicóptero de Aparecida, a unos 245 kilómetros de Río de Janeiro, a las 15.45 hora local y argentina, hacia la cercana localidad de San Jose dos Campos, desde donde volará en avión hasta la ciudad carioca.

A su llegada a Río de Janeiro, el papa Francisco tiene previsto visitar el hospital San Francisco de Asís, donde conocerá el trabajo de recuperación de jóvenes drogadictos y alcohólicos.

Francisco es el tercer papa que visita Aparecida. En 1980 lo hizo Juan Pablo II y en 2007 Benedicto XVI, que inauguró la V Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Celam).

En la ceremonia, en la basílica, el papa puso su vida, su pontificado y al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida y abogó para que los jóvenes sean artífices de un mundo más justo y no cedan ante "ídolos pasajeros como el dinero, el placer y el poder".

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