miércoles, 10 de julio de 2013
13:20
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Assem había estado presente cuando seguidores de los Hermanos Musulmanes se ponían de rodillas el pasado lunes por la mañana para comenzar el rezo. Según sus amigos y familiares, fue entonces cuando el joven fotógrafo captó el momento de su propia muerte.
La noticia de su fallecimiento llegó cuando encontraron su cámara ensangrentada y su teléfono móvil en un campamento provisional. "Al rededor de las 6:00 de la mañana, un hombre entró en la redacción con un cámara cubierta de sangre y dijo que habían herido a uno de nuestros colegas", relata Ahmed Abu Zeid, el editor de cultura del medio en el que trabajaba Assem.
"Una hora después recibí la noticia de que Ahmed había sido alcanzado por un francotirador en la frente mientras grababa a los soldados disparando desde lo alto de los edificios", agrega su compañero.
"Comenzó a grabar desde el inicio del rezo, por lo que captó la escena desde el principio y se puede observar que hubo decenas de muertos. Su cámara quedará como prueba de la violación de derechos que se cometieron aquel día", asegura Abu Zeid.
La cinta de la grabación de Assem está siendo analizada y fue presentada por los Hermanos Musulmanes como documento que corrobora la masacre ocurrida en las calles de El Cairo.