sábado, 29 de junio de 2013
08:36
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"En este análisis –dice El Mundo- el Papa emplea un lenguaje llano y didáctico para explicar la diferencia entre pecado y corrupción: ‘El pecado se perdona; la corrupción, sin embargo, no puede ser perdonada’, advierte”. El tema ha sido retomado varias veces por Bergoglio desde que es Papa, como cuando señaló que Pedro era pecador pero no corrupto…
El ensayo, publicado en la Argentina por Editorial Claretiana, tiene un prólogo del propio Bergoglio escrito en el año 2005, cuando sintió que era "oportuno" reeditarlo. Allí expresa el deseo de que fuese de utilidad para "comprender el peligro de desmoronamiento personal y social que entraña la corrupción”.
Lo nuevo de la corrupción, escribía Bergoglio en 2005, es que "pareciera formar parte de la vida normal de una sociedad”. Y hacía referencia a dos formas sutiles de corrupción espiritual: la mediocridad y la tibieza: "El corazón no quiere líos. Hay temor a que Dios se meta y nos embarque en cambios que no podamos controlar” y "se prefiere el realismo del menos a la promesa del más…”
Fuente: Infobae