Elecciones en Chile

Bachelet y Matthei se verán las caras en una segunda vuelta

Los dos candidatos irán a una segunda vuelta el próximo 15 de diciembre. Bachelet sacó el 46,74% pero no fue suficiente para ganar de una solo elección.
lunes, 18 de noviembre de 2013 08:45
lunes, 18 de noviembre de 2013 08:45
Al balotaje (segunda vuelta) pasará Matthei, quien consiguió alrededor del 25,08 por ciento de los sufragios.Los chilenos han optado por regresar a las urnas el próximo 15 de diciembre para dirimir si será la socialista Michelle Bachelet quien tendrá un segundo mandato o si la sucesora del actual presidente Sebastián Piñera será la conservadora Evelyn Matthei. La primera vuelta electoral de ayer dio la victoria a Bachelet, con el 46,74%

La fuerte disputa por el tercer lugar entre el populista de derecha Franco Parisi y el líder del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, se cerró con poco más del 10 por ciento de los votos para cada uno, lo que fue clave para forzar la segunda vuelta.

Al cierre de las urnas se pudo constatar que ayer cerca de 8 millones de votantes –de los 13 millones 500 mil habilitados- llegaron a marcar sus preferencias en cuatro papeletas, una votación más alta de la esperada luego de que en los comicios municipales de hace un año la abstención marcara un 60 por ciento.

Desde que arrancó la carrera presidencial Bachelet marco una amplia ventaja en las encuestas, de hasta 15 puntos por arriba de Matthei, su más cercana contendora. Mucho más atrás y sin ninguna posibilidad de disputar la primacía de la candidata socialista quedaron los otros siete postulantes a La Moneda.

Para el gobierno de Piñera la derrota de Matthei es un revés. «El gobierno de derecha ha sido un paréntesis en la historia reciente de Chile», dijo el ex ministro Francisco Vidal, para graficar que la derrota de la candidata oficialista es también la de Piñera, toda vez que éste no pudo traspasar los logros de su administración a quien representaba la continuidad. Conocidos los resultados, tanto en el gobierno como en el comando de Matthei explicaron que «la segunda vuelta es una nueva elección», por lo que se abren nuevas opciones para postulante oficialista.

La segunda vuelta para Matthei es cuesta arriba, ya que solo puede aspirar a recoger parte de la votación de Parisi, con quien mantuvo fuertes choques durante la campaña. Como sea, la votación de Matthei es una de las más bajas obtenidas por la derecha desde el regreso de la democracia.

Campaña breve y accidentada
Matthei tuvo una campaña más breve y accidentada que todos sus contendores. De hecho, la nominación le llegó después que otros tres postulantes de la derecha quedaron fuera de competencia. La mejor opción la tuvo Laurence Golborne, el ex ministro que lideró el rescate de los 33 mineros sepultados en el fondo de una mina en octubre de 2010. Pero la revelación de que parte de su fortuna la tiene en paraísos fiscales y una condena judicial por elevar los intereses a clientes de una corporación de la que fue gerente, liquidaron su opción.

El ex ministro Andrés Allamand compitió en primarias contra el sucesor de Golborne, el también ex ministro Pablo Longueira, quien ganó la elección, pero se retiró por una sorpresiva depresión severa. Así llegó Matthei a su nominación en julio, lo que le dejó solo tres meses de campaña y con su sector desmoralizado.

En el balotaje Bachelet deberá buscar votos en las candidaturas que están a su izquierda, principalmente entre los electores de Enríquez-Ominami, del ecologista Alfredo Sfeir , del economista Marcel Claude y la dirigente social Roxana Miranda, cuyas votaciones suman unos 17 puntos. Todos ellos presentaron programas de reformas que van desde el cambio de Constitución hasta la nacionalización de los recursos naturales, además de la gratuidad universal de la educación y la salud.

Junto a la elección presidencial, los electores chilenos renovaron 20 escaños del Senado –de un total de 38-, 120 diputados y eligieron por primera vez por votación directa a 278 consejeros regionales, encargados de asignar recursos a los proyectos de desarrollo a nivel local.

La configuración del nuevo parlamento es clave para el trámite de las leyes asociadas a las reformas que ha prometido Bachelet. El sistema electoral binominal de Chile ha permitido que desde el retorno a la democracia en 1990, ambas cámaras parlamentarias estén empatadas, lo que obliga a un estado de «negociación permanente« para tramitar las leyes.

Ello impacta de lleno, por ejemplo, en los intentos por modificar la Constitución heredada de Pinochet, ya que los cambios a ésta requieren de la aprobación de 4/7 de los votos parlamentarios. Los proyectos para reformar la educación también necesitarán de altos quórums. Y esta es la trinchera donde se refugiará la derecha, para bloquear el programa reformista de Bachelet.

 

Fuente: ABC.es

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