Hablar de una escuela es sinónimo de vida, risas, anécdotas y por supuesto, historias de alumnos y docentes unidos por una trayectoria de aprendizaje. Por eso, ver un edificio abandonado genera sentimientos encontrados pero también oportunidades creativas. Es lo que generó el fotógrafo Lucas Poblete con su nuevo proyecto artístico, con el que rescata lo que fue la escuela Fermín Rodríguez, en la localidad de Buena Esperanza de Iglesia.
Es que realizó una producción fotográfica a la que llamó "La escuela que se quedó sin recreo" e invitó a artistas latinoamericanos a realizar sus versiones de las imágenes. Ya hay dos listas y se sumarán otras más. El éxito de los inicios, entusiasma al fotógrafo. "La escuela Fermín Rodríguez se cerró hace muchos años; desconozco los motivos pero ocurrió al menos hace 15 años. El edificio está abandonado y planificamos una producción de fotos con mi sobrina, en la que quisimos recrear la vida escolar perdida en ese distrito que pertenece a Angualasto, al norte del departamento. La estructura fue vandalizada, se robaron las ventanas y puertas y lo que pudieron", señaló Lucas a Diario La Provincia SJ.
El edificio permanece en pie y es de ladrillo; tiene sus espacios para aulas y se ven las estufas a leña. Hay algo que emocionó y llamó la atención de Lucas. "En el piso de la escuela, todavía hay algunos cuadernos y hojas de libros. Muchos papeles de secretaría y dirección", destacó. Pese a que hizo una búsqueda en Internet de la historia de la escuela, no hay registros pero apenas hizo publicaciones en sus redes sociales tuvo novedades.
Es que tanto exalumnos como docentes y una directora recordaron su paso por la escuela, lugar que supo albergar a chicos que llegaban a lomo de mula y era hijos de trabajadores de una creciente actividad agrícola. "Cada uno dejó su testimonio. Está muy bueno porque cuentan cosas que desconocía de la escuela", agregó.
La intención de Lucas, con este proyecto, era hacer una sesión de fotos recreando clases pero en las condiciones actuales de la escuela. No hay pupitres ni mesas; sólo la luz que ingresa por los ventanales. Los pizarrones aún conservan su color negro pero están llenos de leyendas, algunas pidiendo por la recuperación de la escuela. "Una vez con las imágenes, quise convocar a artistas de diferentes países y de Argentina. Tuve la respuesta de 6 artistas y les enviamos las fotos. Ellos eligen una para pintar o intervenir con su estilo", expresó.
Ya participaron José J-studio desde Chile y también Hellem Maestre, desde Colombia. La repercusión en redes no puede ser mejor para las piezas: "la idea es subir la imagen original y su versión artística", dijo. En días sucesivos, se conocerán más obras en los perfiles de redes sociales de Lucas.
Recuerdos de mi escuela
La escuela Fermín Rodríguez cuenta con la memoria activa de sus alumnos y docentes que dejaron valiosos comentarios en las redes sociales, a partir de las fotos que fue compartiendo Lucas Poblete.
Uno de ellos fue el de Diego Varela: "La Fermin Rodríguez. Hice la primaria ahí. Aprendí contenidos y educación, buenos modales, respeto. Eran dos aulas en la que funcionaban en una 1,2 y 3º grado ubicados en filas diferentes en el otro 4, 5 ,6 y 7º grado, dividiendo el pizarrón para cada uno. Estufa a leña ,canchita de fútbol potrero, todos llevábamos un palito de leña en invierno. ¡Cuántos recuerdos!", destacó.
Por su parte, Flora Elssy Oviedo, dijo: "Fui docente en esa escuela. Maestra, Directora y Supervisora... Siento una gran angustia y un profundo dolor observar el abandono, la destrucción y el saqueo del que fue esa querida escuela... Como dato ilustrativo de ahí surgieron los primeros profesionales: médicos y odontología. La comunidad se dispersó cuando creció el Río Jáchal, el pueblo quedó aislado".
Y agregó: "Muchas gestiones, junto a otra docente Ana de Sarracina... ¡Después de casi 50 años se concretó la construcción del puente! Gracias al gobierno que lo hizo!.... pero la escuelita ya dejó de existir. Abrazos a quienes pasaron por ella y la recuerdan con nostalgia y cariño".
Laura Tapia fue otra docente que dejó su testimonio: "Yo di clases ahí, era un grupo de alumnos muy cálidos, hermosos y respetuosos. Su cocina olía a comida rica, había una mesa gigante donde formábamos grupos y compartíamos con los chicos en días fríos y otros, con fuerte viento zonda. Luego decidieron cerrarla, donde a los pocos días la saquearon!! Todo soledad y abandono, así tal cual se ve!".
Por otra parte, Julia Figueroa afirmó: "Qué pena ver destruida mi escuelita, dónde tengo tan bellos recuerdos de mi niñez!!! Ahí era el punto de encuentro con mis primos, amigos de mi infancia, qué lindos recuerdos!!! Mis maestras fueron la señorita Nené Lopez, la señorita Mirta Muñoz y la señorita Flora Oviedo!!!".
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