Con un abrazo apretado, los padres de alumnos de la escuela secundaria Gabriel Albarracín, de la localidad jachallera de La Represa, impulsan mejoras para el servicio educativo de sus hijos. El establecimiento, enclavado aproximadamente a 20 km. al norte de San José de Jachal, funciona en módulos y se unieron para pedir que haya mejoras en ellos, así como la instalación de una línea de electricidad propia, y lo más anhelado: un edificio propio. Esta semana, aguardan importantes respuestas a sus gestiones.
"Hace tres años se creó el Ciclo Básico, EGB 3, y se gestionó que existiera el nivel Secundario. Cuando se crean las plazas, la escuela funcionaba en la casa del portero de la escuela primaria colindante. Después se crearon los cursos sucesivos y los chicos van a egresar como Bachilleres en Ciencias Naturales", comenzó relatando Fabiana Pérez, presidenta de la Comisión de Padres de la escuela, a Diario La Provincia SJ. Actualmente, el establecimiento tiene 54 alumnos.
En pandemia, los alumnos siguieron el régimen marcado por Educación pero al recuperar la presencialidad total, la situación cambió. "Se crearon 4º y 5º año y era imposible que fueran a clases en la casa del portero. Los papás empezamos a gestionar con la directora para que instalaran módulos para las aulas. La solución no llegaba y el tiempo pasaba, por lo que nos manifestamos en la Ruta. Y fue así que nos dieron respuesta e instalaron los módulos", recordó.
En un módulo, el cursado se dividió para Ciclo Orientado en la mañana y Ciclo Básico en la tarde. Uno de los módulos está destinado a sanitarios, otro alberga la dirección, preceptoría y sala de profesores junto a un sector para la comisión de Padres, que asiste a los chicos con un improvisado comedor.
Señaló que hasta tanto se cumpla el gran sueño del edificio propio, "necesitaríamos un módulo para que funcione la cocina, ya que los papás preparamos el desayuno y la merienda para los chicos. Esto es posible gracias a que los padres pagamos una cuota de $350 para solventar la panificación y con la comisión compramos la yerba mate y el azúcar (para preparar mate cocido) para poder darles ese apoyo en alimentación. Estamos en una zona rural y hay muchos papás que no tienen trabajo. Los chicos, en ocasiones, almuerzan poco y a la tarde, tienen hambre".
Pérez destacó que la inquietud de los papás es impulsar que se concrete el más preciado propósito. "Necesitamos un edificio propio para nuestra escuela. Aunque los módulos tienen aire acondicionado, el problema es que la escuela Secundaria comparte electricidad con la Primaria, que funciona en el edificio colindante. Entonces, la sobredemanda de luz al prender los aires deja sin servicio a las dos escuelas. Se está generando un malestar que no queremos, a raíz de eso. A pesar de haberla pedido, no nos llegó la pilastra para instalar trifásica para los módulos. Esa y muchas otras necesidades tienen que ser abordadas".
Tanto la comunidad como la directora ha presentado sucesivas notas e informes al Ministerio de Educación, al área Relevamiento Escolar por el edificio, planteando las distintas inquietudes y problemas. "Estamos esperando respuestas y seguimos impulsando estos pedidos; incluso las últimas notas llevan las firmas de toda la comunidad. Todos queremos que la escuela siga funcionando porque es un logro muy importante para nosotros", agregó.
Ahora, están expectantes por novedades próximas. "Se comunicaron con la directora desde el Ministerio de Educación y quedaron de darnos noticias, en esta semana que inicia. Estamos muy atentos a esto y dispuestos a hacernos escuchar por todas las vías posibles. El terreno ya está para la escuela; es donde se emplazan los módulos. Como papás queremos y defendemos la escuela, a capa y espada. Si tuviéramos que mandar a nuestros hijos a otra localidad, nos quedaría muy lejos. Y tener ahora la Secundaria a menos de un kilómetro es sumamente valioso; los chicos no tienen que desertar a otro lugar. Somos pocos habitantes y queremos mucho a la escuela. Además, la educación es un derecho de nuestros chicos", sentenció.
