"No podemos darle un lugar omnipotente a la escuela porque no lo tiene y se ve desbordada". Con estas palabras, la ministra de Educación Cristina Díaz aseguró que en el sistema social la escuela se convierte en un espejo de la sociedad pero también ocupa un lugar muy importante la familia.
"Por distintas razones los papás no enfrentan estas cuestiones. Por un conjunto de circunstancia que no estamos en condiciones de juzgar. Se nos presenta el problema de jóvenes con adicciones, chicos con sobre-edad, púberes con 13 y 14 en la primaria y tenemos que seguir acompañando porque ellos tienen su derecho de hacer la primaria completa. Es posible que jóvenes que no han tenido acceso a la escuela o abandonaron y estaba relegados, hoy con una serie de políticas sociales han vuelto. No podemos pensar una escuela ideal y que por arte de magia se solucione todo. si los chicos en la calle consumen alcohol no podemos pensar que mágicamente ese chico va a llegar a la escuela para aprender", explicó Díaz remarcando que no se puede podemos juzgar de manera anticipada cada caso.
En la oportunidad, la ministra destacó que si en la sociedad hay consumo eso también se refleja en el aula y hay que tomar registro de los casos "pero siempre desde la mirada de presunción". Según señaló la funcionaria, si un chico está aislado en clase, la maestro puede identificarlo pero no puede hacer diagnóstico y no debe hacerlo. "Cada uno está preparado para lo que debe hacer. Lo que sí frente actitudes extrañas hay que llamar a los padres", puntualizó.
Para conocer cual es la realidad en la educación de San Juan, esta tarde la ministra se reunirá con los responsables de cada área para analizar los resultados del programa nacional Quiero Ser que apunta a la inclusión educativa.