La comunidad educativa de la escuela Comandante Cabot se vio sorprendida en la mañana de ayer por un hecho de extrema violencia que podría haber terminado muy mal si los docentes no intervenían. Un chico de 12 años golpeó y amenazó a otro de 16 en el patio del colegio. Pero la mayor violencia se produjo cuando el de 12 fue a buscar a la casa un cuchillo de casi 40 cm de largo con el que, empuñándolo, aseguró que lo abriría al chico "como un sapo".
Sobre este tema, la ministra de educación Cristina Díaz aseguró que ahora se inició un periodo de análisis de las circunstancias del hecho y del nivel académico y de adaptación del agresor. Para ello, en la tarde de este viernes, pedirán que este lunes asista personal del gabinete no solo para que analice esta situación en particular sino también qué ocurre con las situaciones en las escuelas.
"Estas situaciones no pueden ni deben producirse en las escuelas. Pero bueno, tenemos que reconocer que hay un nivel de violencia en la sociedad que lo termina trasladando a la escuela. Ésta no es un a isla. A veces el emergente es un hecho pro traduce un ambiente de violencia que se puede estar dando en la institución pero que involucra a más de un alumno. Pero también puede ser que el nivel institucional sea bueno y que esto sea un hecho ajeno", sentenció la ministra a Diario La Provincia quien subrayó que hay que conocer el contexto familiar del chico por su violencia.
"Es un chico que tiene una sobre-edad considerable para el grado que cursa. Tenemos que ver si lo más conveniente es que siga en esa escuela o pidamos el pase a otra escuela. Hay que analizar la situación pero lo más fácil sería la expulsión del niño de la institución como algunas personas reclaman pero no podemos negarle al alumno el derecho a la educación obligatoria. En este sentido tenemos que arbitrar los medios para que el alumno se encauce", finalizó.