Cada vez se consume más champagne en la Argentina, las ventas crecieron más de un 10%

Los productores de champán (champagne) cerrarán el año con muchos motivos para brindar. La bebida burbujeante continúa aumentando sus ventas y cerrará un muy buen año, en un contexto donde el consumo de vino en general es más bien estable.

Hasta octubre, las ventas de espumantes crecieron 10,2% en la Argentina, a 31,76 millones de litros, que equivalen a 42,34 millones de botellas, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Vale decir, en sólo 10 meses se consumió una botella por persona en el país.

Así, las ventas volverán a marcar un récord este año, con un nuevo fuerte avance, mientras el consumo de vinos en general crece 2,6%, un dato alentador para el sector, tras el retroceso vivido desde los 70.

El dato de los espumantes no es menor, ya este mercado había cerrado 2012 con un alza de 20,4%, a 37,3 millones de litros, es decir, 49,7 millones de botellas, más de una per cápita. Con esa tendencia, 2013 terminaría en unas 55 millones de botellas.

Las razones de este despegue son varias y responden al trabajo realizado por las bodegas, que lograron desestacionalizar en parte el consumo. Una década atrás, el 70% de las ventas se centraban para las Fiestas, en noviembre y diciembre; ahora, la participación de esos meses se redujo a un 40%, según datos del sector. Si bien fin de año es aún importante, se consume cada vez más en el resto del año.

En principio, el número de bodegas que elaboran espumantes se amplió en la última década, desde apenas un puñado hasta poco más de 120 empresas. Hoy, gran parte de las bodegas tienen al menos un espumante con su nombre, más allá de que los elaboren ellas mismas o lo hagan terceros, ya que les sirve para completar su cartera.

Además, en el creciente consumo incidió la aparición de variedades a la oferta, desde las tradicionales extra brut, brut y nature a los exponentes rosados y los dulces. Éstas nuevas opciones tornaron a la bebida más atractiva para más personas; en el caso de los dulces, ampliando el espectro a quienes no estaban acostumbrados a la acidez del champán.

El pionero entre los dulces naturales (sin agregado extra de azúcar) fue Norton Cosecha Tardía, en 2010, al que luego se le sumaron varias marcas.

En los últimos meses, hubo varias novedades en el mercado; New Age, marca de Casa Bianchi, pionera y creadora de la categoría de frizantes, ingresó al mercado de los espumantes al presentar, poco tiempo atrás, dos exponentes con su nombre, New Age Extra Brut y Sweet Gold (dulce); salió además el patagónico Humberto Canale Rosado Dulce; Mumm lanzó su Sweet Sparkling (dulce), Familia Schroeder, su Deseado Rosé y Martini comenzó a hacer su extra brut por primera vez en Mendoza. En tanto, entre otras muchas novedades, Bodega Dante Robino presentó su exclusivo Gran Dante Brut Nature, bajo el método champenoise; Cruzat lanzó su Demisec y Freixenet, su Cordón Negro Extra.

El impulso al consumo también fue posible gracias al mayor acceso por precio a la bebida, ya que con la aparición de más marcas y variedades también surgieron opciones más económicas y bajó el valor de ingreso: hoy se consiguen desde los $ 25, si bien algunas etiquetas locales superan los $ 200. También ganaron su lugar en la noche porteña, en bares y discos, al ser consumidos en tragos o en botellas personales pequeñas. Así, los espumantes dejaron de ser productos de consumo suntuario, sofisticado y exclusivo de tiempos de celebración para ampliar no sólo la base de consumidores, sino también los momentos de disfrute a lo largo del año.

Si bien más de 120 bodegas elaboran champán, el mercado es aún controlado por pocas empresas: Moët Hennessy (Chandon, Baron B, Mercier) es el líder, secundado por Llorente & Cia (Federico de Alvear, Toso), Pernod Ricard (Mumm), Nieto Senetiner, Norton, Diageo (Navarro Correas) y Dante Robino (Novecento, Dante Robino), entre otras.