En una escena cargada de nerviosismo y emoción, el director técnico de San Martín, Raúl "Purruco" Antuña, intentó abandonar el campo de juego antes de que concluyera el partido. Sin embargo, el cuerpo técnico y los futbolistas intervinieron rápidamente para evitar que la situación escalara, y el entrenador permaneció en su lugar hasta que el árbitro decretó el final del encuentro.
Este episodio, inesperado para los presentes, ocurrió en un momento de gran tensión, cuando el equipo luchaba por asegurar su objetivo. Afortunadamente, la reacción inmediata del plantel logró calmar la situación, y Antuña continuó en su puesto, centrado en lo que restaba del partido.
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