Se llama Silvia Araya, pero todos la conocen como "la Zurda". Es una apasionada del básquet desde que era apenas una nena y este fin de semana, a sus 69 años, cumplió el sueño de competir en un mundial. La Selección albiceleste la convocó para representar al país en el grupo femenino +65 en el "XVI World Maxibasketball Championship" que se realizó desde el 25 de agosto hasta este domingo 3 de septiembre en Mar del Plata.
El Maxibásquet como tal fue creado en Argentina en 1969, con la idea de que lo practicaran tanto jugadores amateurs como aquellos que en su momento fueron profesionales y que ya tienen más de 30 años. Sin embargo, pasaron 35 años desde la última vez que se organizó en el país un torneo semejante. Curiosamente, Mar del Plata no iba a ser la sede originalmente, sino que se iba a realizar en Disney, pero terminaron dando marcha atrás y la Argentina surgió como lugar posible.

Fue un gran evento, en el que a lo largo de 10 días se jugaron más de 700 partidos, en 18 canchas diferentes ya que si bien la sede central estuvo en "la Perla", también se aprovecharon escenarios de otras localidades del Partido de la Costa como Miramar y Santa Clara del Mar.
"Es tan lindo lo que viví. Soy muy feliz con mis 69 años y en un mundial. Estoy muy orgullosa de mi celeste y blanca. Los resultados quedaron en segundo plano", aseguró la deportista en diálogo con Diario La Provincia SJ.

"La gente nos recibió aplaudiendo en cada partido porque representábamos a la Argentina. Ganamos algunos partidos, perdimos otros, pero nos llevamos más que nada la experiencia, el conocer a chicas de otros países, sus culturas. Nos intercambiamos los celulares con muchas para seguir comunicadas. Es muy difícil describir lo que se vivió".

Tuvieron varios traspiés desde el inicio de la competencia, que ya sabían que iba a ser dura por la calidad de los equipos que llegaron al país, incluso desde el viejo continente. "Tuvimos muy poco entrenamiento juntas así que no nos entendíamos muy bien, nos faltaba velocidad y suerte en el aro. Jugamos con equipos que se conocen mucho, como las chilenas que llevan años y tienen mucha efectividad".
La importancia de competir a toda edad
Si bien no consiguieron buenos resultados, la sanjuanina resaltó lo especial de esta experiencia. "Los números finales no nos favorecieron. Perdimos, pero lo dimos todo por la albiceleste. Para nosotras, a nuestra edad, ya el haber sido convocadas para un mundial, fue lo más grande que nos pudo pasar y lo viví junto a mi hija que me acompañó orgullosa", declaró la jugadora. "Hubo muchas cosas que me llenaron el alma. La gente sacándose fotos conmigo, los árbitros de otros países diciéndome "very good", como que había jugado muy bien, los que se acercaban para decirme que siguiera jugando. Fue hermoso".
En el 2025 tendrá lugar el próximo Mundial que será en Suiza, aunque antes, en el 2024 estará el Panamericano en México. "Personalmente se me haría imposible pagar un viaje así en dólares, por eso me anoté en este. Quería tener una experiencia Mundial y qué mejor que en mi país. Que la gente grite ¡Argentina, Argentina!, no tiene precio. Me encantaría sacarme el Quini 6 para poder volver a participar en un evento como este", sentenció.
Quién es "La Zurda"
Silvia Araya empezó a jugar al básquet a los nueve años. Sus compañeras la apodaron como "la Zurda" y ya ha recorrido miles de kilómetros por toda la Argentina levantando trofeos en distintas categorías.
“Empecé a jugar a los nueve años. Lo dejé a mediados de mis veinte cuando le ganamos a Mendoza el Campeonato Argentino, mi hijo tenía 8 meses. Justo se dio que todas nos empezamos a casar y el equipo se deshizo”, recordó.
Pasó toda una vida, para ella y para sus amigas, pero hace once años le volvió a picar el bichito y decidió volver a la cancha. “Rosa Sánchez es el motivo por el que yo y casi todas las de nuestra generación volvimos. Empezó a convocar a las jugadoras. Me enteré un martes y el miércoles ya estaba entrenando. Ellas estuvieron haciendo un bingo y empanadas para juntar plata e ir al Campeonato Argentino. Yo decidí pagar y viajé con ellas. De ahí, no dejé nunca más. Hasta la fecha estamos juntas y me encanta. Es un cable a tierra que tenemos todas las mamás y abuelas que vamos al Maxi Básquet. Hay chicas de entre 30 y 70 años”.
Los entrenamientos son dos veces por semana, de hora y media e incluyen ejercicios de gimnasia, con pelota y un partido final. “Si alguien se quiere sumar, siempre hay tiempo para hacerlo. Las categorías son acordes a la edad así que si hay alguien que se lo esté pensando, solamente puedo decir que esto es hermoso, es lo más grande que pude haber practicado. Te da salud mental y física, porque a mis 69 años no tomo ningún remedio, además de que tenemos chequeos de salud muy frecuentes para poder participar de cada campeonato”.