El Superclásico finalizó con un escándalo dentro del campo de juego del estadio Monumental tras el gol agónico del delantero colombiano Miguel Borja, quien convirtió de penal para el 1 a 0 de River, debido a que los futbolistas de ambos planteles protagonizaron un fuerte encontronazo.
El tanto de Borja desató el caos y los jugadores de Boca, notablemente molestos con sus rivales, fueron en busca del mediocampista Agustín Palavecino en medio de un inmenso tumulto ante la multitud del "Millonario" que colmó las tribunas.
Con el ingreso a la cancha de los cuerpos técnicos, auxiliares y hasta de los futbolistas lesionados, el árbitro Darío Herrera siguió de cerca las acciones e intentó controlar la situación, que se extendió durante varios minutos, mientras que definió las expulsiones de Miguel Merentiel, Nicolás Valentini y Ezequiel Fernández en el "Xeneize", además del entrenador Jorge Almirón, y de Palavecino, Ezequiel Centurión y Elías Góméz en River.
Luego del escándalo se disputaron dos minutos para completar el encuentro, con el elenco visitante con ocho jugadores contra los diez del local, y los reclamos de Boca continuaron una vez consumada la victoria del conjunto de Núñez en un sorpresivo final subido de temperatura.
"Nosotros sacamos la felicidad en el gol y quizás ellos se enojaron, pero nos vamos felices", declaró al respecto el defensor Emanuel Mammana al culminar el partido.
Borja, por su parte, expresó sobre el cruce: "Yo no sabía nada, estaba festejando y, cuando me di vuelta, vi que estaban todos juntos. Lo importante es que se ganó".