Sus ojos brillan y en su rostro se dibuja una enorme sonrisa. Está feliz y no es para menos. En el 2021 ganó la medalla de oro en los Juegos Evita y hace unos días fue convocada para participar de una jornada con la selección Argentina en Buenos Aires. Mia Escárate tiene 14 años de edad y hace casi 2 años comenzó karate con su hermana mayor. Fue en el 2021 que incursionó en este deporte y hoy está feliz por el camino que le toca transitar.
Antes hacía atletismo y lo dejó porque el parate por la pandemia del coronavirus le frenó todos los entrenamientos. Luego quiso empezar algo nuevo y gracias a su mamá desembarcó en el Dojo Pasai Do. "Mi mamá me dijo hagamos algo y le dije veamos. No quería hacerlo pero empecé y me encantó. Ahora soy muy feliz", reconoció la joven a Diario La Provincia SJ.
Desde el 2021 hasta la actualidad hubo un trabajo intenso no sólo de formación física y mental sino también de complementar con los estudios secundarios. Para ello contó con un rotundo apoyo de su familia pero también de los sensai que Dios le puso en el camino. El primero fue Armando Luna quien se convirtió en un padre dentro del Dojo y cuyas palabras hoy recuerda con mucho cariño.
"Empecé con él sin saber nada y siempre fue mi gran apoyo. Hoy el sensei es alguien que me ha enseñado todo", confesó con lágrimas en sus ojos y sin poder contener la melancolía de los recuerdos. Es que él falleció el año pasado y todos sus consejos los conserva con mucho afecto.
El segundo profesor que la acompaña en el camino es Jorge Videla, quien hoy es su otro pilar. De él recibió la sorpresa, en diciembre pasado, de que la Selección Nacional la invitaba para participar de un entrenamiento en Buenos Aires. Referentes nacionales la habían visto actuar en los Juegos Evita y la habían fichado. En aquella ocasión, Mia había alcanzado la medalla de oro en la competencia de Menos de 54 kilos.
El encuentro con la Selección Nacional y los sensei Franco Icasati y Juan Carlos Landaburu fue del 28 de enero al 1 de febrero pasado y se convirtió en su máxima experiencia. "Lo tomé muy impresionante. No pensaba que iba a llegar a esto, que me convocaran al CeNARD. Fue algo increíble", destacó la joven y subrayó: "el karate me hace feliz. Todo el grupo es mi segunda familia".
Ahora vienen los torneos nacionales, para los que ya se está preparando. El 4 de marzo será el Open Femenino en Córdoba y espera alcanzar los mejores resultados para avanzar en su gran sueño: "desde que empecé mi sueño es llegar a las Olimpiadas y competencias internacionales".
Para ello cuenta con el apoyo incondicional de su mamá Elizabeth Figueroa quien reconoce que gracias al karate, su hija mejoró en todos los aspectos. "No es sólo un deporte, es un estilo de vida, es disciplina. El cambio fue impresionante", destacó ella.
La madre contó que ella fue quien decidió poner a sus dos hijas mayores a hacer karate después de ver cómo la pandemia había llevado a tenerlas encerradas por mucho tiempo. "Era de encierro total, no podían hacer nada con los amigos, no podían salir y fue muy difícil convivir en casa con adolescentes. Cuando empezaron, esto fue maravilloso. No solo es una clase de karate, sino que es una clase de historia y una clase de vida", finalizó.