El bochorno es mundial. La imagen de la invasión de campo en pleno partido de funcionarios sanitarios de San Pablo para interrumpir el clásico a los 5 minutos cuando el resultado iba cero a cero quedará en la historia. Se vivieron momentos de elevada tensión y confusión en el campo de juego y luego en la zona de vestuarios entre los protagonistas. Y todavía el panorama no está nada claro. ¿Qué pasará ahora? ¿Se completará el encuentro? ¿Para quiénes serán los puntos si esta historia no continúa sobre el césped?
Hay una cuestión que sí es clara: desde la AFA tenían previamente la palabra desde Conmebol para garantizarles que de su parte todo estaba en regla y que la delegación albiceleste, al no romper el corredor sanitario acordado, tenía las garantías para jugar el partido con los cuatro futbolistas a quienes la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) pidió deportar por no haber puesto en sus declaraciones juradas al ingresar al país que venían desde Inglaterra antes de pasar por Caracas.
Es por esto que la Selección salió al campo de juego sin problemas y apenas ocurrió el escándalo, decidió rápidamente meterse al vestuario y ponerse en la postura de no jugar sin los jugadores en cuestión: Emiliano Martínez, Cristian Romero y Giovani Lo Celso (y Emiliano Buendía que quedó afuera del banco). Sabiendo que cuenta con la luz verde de Conmebol, la Argentina se movió con la tranquilidad de que como mínimo no tendrá quita de puntos y hasta podría quedárselos.
¿Por qué podrían darle los 3 puntos al conjunto albiceleste? Según pudo averiguar Clarín, el informe del árbitro incluye la descripción de lo sucedido, que estuvo a la vista de todos, y se afirma que se trató de una "suspensión por fuerza mayor debido a invasión de personas desautorizadas".
Y hay antecedentes por demás significativos para el fútbol argentino que permiten pensar en lo que puede venir e incluso anticipar la resolución. Basta remontarse a los dos míticos choques que sostuvieron, en 2015 y 2018, Boca Juniors y River Plate por aquellas ediciones de la Copa Libertadores.
En el primero de aquellos choques, por los octavos de final, ocurrió el famoso episodio del "gas pimienta": la agresión de los hinchas locales en la Bombonera con un líquido que lastimó a los jugadores Millonarios cuando estos salían del túnel visitante y obligó a la suspensión del partido.
Tres años y medio más tarde, la cuestión se dio exactamente al revés: el micro Xeneize fue atacado brutalmente a pocas cuadras de llegar al Monumental y varios jugadores y personas que se trasladaban terminaron con lastimaduras.
Y en ambos casos hubo una diferencia sustancial: a Boca le dieron por perdido el partido en que su gente agredió a los futbolistas rivales, mientras que a River no.
¿Por qué? Porque un incidente ocurrió dentro del estadio y el otro fuera de la "zona de responsabilidad". ¿Qué es eso? La obligación que le corresponde al anfitrión de velar por la seguridad de los participantes de acuerdo al artículo 8° del reglamento disciplinario de la Conmebol. En este caso, todo ocurrió dentro del mismísimo césped y eso es responsabilidad de Brasil.
Así las cosas, el equipo local corre serio peligro de perder los puntos, más allá de que en este caso, como bien se explicó desde Conmebol, la decisión correrá por cuenta de la Unidad Disciplinaria de la FIFA, que tomará la determinación luego de recibir el informe del veedor de la entidad sudamericana.
Fuente: Clarín
