100 años de Historia

"Pipo" Aciar el hombre que dedicó su vida a Sportivo Desamparados

Pipo es un emblema dentro del club y una de las figuras más querida por la hinchada. Oriundo de Ullum, Desamparados le conquistó el corazón.
martes, 10 de septiembre de 2019 00:00
martes, 10 de septiembre de 2019 00:00

A pesar del mal tiempo y de pronóstico de lluvia, en el club Sportivo Desamparados se vive un ambiente muy candente, de preparativos, reuniones y detalles de último momento. “Pipo” no es ajeno a este clima de festejo y también se prepara en su pequeña oficina. Vestido con los colores verde y blanco, ultima detalles de su trabajo. Él es el encargado de mantenimiento del club y de la cantina.

Su historia en con estos colores comienzan cuando él era muy pequeño. “A los nueve años me traía mi tío que era hincha de Trinidad y me dejaba en la cancha. Yo vivía en Ullum y después me vine a vivir más cerca. Después empecé a venir solo. Era de la hinchada, era todo muy tranquilo y familiar”, recuerda el hombre con voz pausada y melancolía.

Hace 18 años que Pipo desempeña sus funciones en la institución, ahora con sus 68 años, por un problema de salud, le ayudan sus hijos. Toda su familia es hincha del Víbora, es una “tradición familiar”.

Pipo, en su larga trayectoria ha visto pasar jugadores, técnicos, dirigentes, pero hay un recuerdo más lindo: “he visto todos los nacionales en la ‘A’. Los jugadores eran muy buenos, muy buenas personas, casi todos eran de acá, de San Juan. Jugaba muy bien Sportivo en esa época, no sé si volverá a haber un Sportivo así”, añora el hincha de corazón.

Pero no todos son recuerdos lindos, también están esos que le produjeron el brote de una lágrima de sus ojos. “De los momentos tristes, recuerdo partidos perdidos, como el que jugamos con Talleres de Córdoba, que quedamos afuera”, lamenta.

Algo que caracterizó al club Sportivo Desamparados siempre fue que a su cancha se dan cita las familias completas: padres con sus hijos y nietos, acompañaron en las distintas etapas al club. “Antes el público, tenía que estar a las 8 de la mañana para comprar la entrada, y recién a las 2 de la tarde abrían las canchas. En tiempos de verano, estaban al sol, pero eso no importaba, ya que solo importaba ver el partido”, recuerda. 

Actualmente, él considera que las cosas han cambiado, el fútbol no es el de antes, pero los jugadores demuestran fuerza y voluntad a la hora de trabajar.
Pipo, deseaba llegar al centenario del club y ahora lo alcanzó. Al ver su sueño cumplido lo vive con mucha emoción: “Sportivo es mi segunda casa”. 
 

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