No hay caso. River genera, va, ataca, busca por abajo y por arriba, acorrala a los rivales pero hay un temita central en el fútbol que se llama goles y el equipo no los encuentra. Como Rigamonti hace una semana, esta vez Lucas Chaves atajó todo lo que le patearon y cuando no pudo lo salvó el travesaño, como en ese cabezazo de Lucas Pratto al comienzo del segundo tiempo.
Todo un tema el Oso. Se esfuerza y hace un trabajo sucio con los zagueros rivales, pero casi siempre le faltan más de cinco centavos para el peso. Y eso genera alarma. Porque se viene Racing y, en medio de la polémica, River necesita concretar algo de lo que genera para no depender del propio arco en cero para pasar por penales.
Justamente para el duelo copero, Gallardo usó la última media hora para probar a Enzo Pérez en el lugar de Ponzio. Y, además, a una formación que tal vez sufra otra baja: el Pity Martínez dejó la cancha con un problema muscular.
Y atención porque ante tanta búsqueda, River también sufrió abajo. La más nítida de Argentinos (perdió por lesión a Junior Benítez y Bobadilla), fue ese derechazo de Romero que superó a Armani pero salvó Pinola y a Pinola lo salvó el travesaño. Otra valla invicta de Armani para agrandar su récord y sostener al equipo...
Un equipo que debió ganar pero no lo hizo. Protestó dos supuestos penales a Nacho Fernández, se lamentó por esa buena definición de Borré que chocó con el pie de Chaves, aplaudió los pases y remates venenosos de Juanfer Quintero. Y se le amontonan interrogantes de cara a un partido crucial.
Fuente: Olé.
