El cronómetro indicaba 15 minutos del primer tiempo cuando la alarma se encendió en el Camp Nou. Lionel Messi ya había asistido a Coutinho en el primer gol del Barcelona e, incluso, ya había convertido su gol y estrenado un nuevo festejo cuando Franco Vázquez, volante del Sevilla, le cerró el camino sobre la banda derecha. Y Leo, que iba en búsqueda de la pelota, chocó con la cintura del Mudo para posteriormente caer con parte del peso del cuerpo sobre su brazo derecho.
Y claro: el temor de todos los presentes no tardó en aparecer porque el capitán del Barcelona quedó tendido en césped, casi inmóvil, con claros gestos de dolor.
Lógicamente, la asistencia médica entró rápido y revisó al 10 en el campo de juego mientras el resto de los jugadores se acercaron a ver cómo estaba (Vázquez, por caso, se quedó en todo momento junto a Leo). Luego, ya afuera de la cancha, los doctores le revisaron el codo y le vendaron la zona afectada.
Messi amagó con seguir pero el dolor fue más fuerte y no pudo continuar: aún sufriendo por el duro movimiento, se fue al banco de suplentes y le dejó su lugar a Dembélé.
Un detalle: la preocupación por el capitán del Barsa, más allá del aspecto propio por su salud, también recae en lo que se le avecina al conjunto catalán, que se medirá contra el Inter por la Champions League (el 24/10) y luego tiene el clásico con el Real Madrid (28/10, por la Liga española). ¿Llegará? Depende de la gravedad de la lesión. A esperar...
Fuente: Olé.
