Está prohibido y se aclaró en los días previos al inicio de la carrera pero también mientras se desarrolló la Vuelta a San Juan. No se podía arrojar agua a los pedaleros, sin embargo sucedió todo lo contrario. La gente vio pasar el pelotón y comenzó a lanzar agua "para refrescar" como tradicionalmente se hacía cuando no era internacional.
Sin embargo, los corredores internacionales no están acostumbrados a esta expresión de apoyo popular y algunos rápidamente perdieron la concentración y a su vez la estabilidad en el rodado, lo que llevó a que entre sí se comenzaran a tocar las bicicletas para luego caer al pavimento.
Todo quedó registrado en un video que muestra luego cómo la gente pasar por sobre el guardarrail para prestar ayuda sin advertir que seguían llegando más ciclistas para pasar, continuando con la competición.