Historia

Juan Carlos Rodríguez, el sanjuanino que a los 74 años sigue compitiendo como atleta

Es jubilado y a los 74 años tiene una nutrida agenda de actividades en Argentina y el exterior. Juan Carlos Rodríguez es atleta master y del 2013 hasta ahora participó en campeonatos de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
lunes, 21 de marzo de 2016 00:00
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En su condición de jubilado, el rememorar aspectos de la intensa vida que hasta aquí ha transitado, sería para Juan Carlos Rodríguez una actividad acorde a la pasividad propia de los días de retiro. Sin embargo, no porque la haya dejado de lado, para este sanjuanino de 74 años el vínculo establecido con el deporte desde niño lo lleva a además tener por delante una activa agenda redundante de entrenamientos, viajes y mucha competencia atlética.
 
En Azul, donde reside desde 1989, Juan Carlos integra el Círculo Azuleño de Atletas Master, disciplina que admite deportistas de 30 hasta 90 años, en la cual ha mantenido vigente el hábito que lo acompaña desde que a los 6 empezó a jugar basquet en el club Inca Huasi de San Juan: acumular copas, trofeos y medallas.
 
Para admiración de propios y extraños, la condición física de Rodríguez es extraordinaria al punto que el hombre se especializa en salto largo, triple y en alto, a lo que le añade también el lanzamiento de bala y jabalina. Así es que ha participado en el Mundial 2013 disputado en Brasil y en los Sudamericanos de Chile, Paraguay y Uruguay.

"Mis últimas marcas en salto en largo en los campeonatos nacionales de La Pampa, Mendoza y Chaco anduvieron entre los 3,70 y los 3,35", dijo a HISTORIAS DE VIDA el hombre que asegura que a partir del mes que viene retomará su entrenamiento "tres veces por semana en el gimnasio y otras dos en la pista".
 
Es que el entrenamiento se convierte en una cuestión rigurosa para quien viaja a las competencias con su esposa, Irene Peretti, Pimy como mejor se la conoce, a quien le 'regaló' los tres séptimo puestos que obtuvo en un campeonato en Medellín, Colombia, en las especialidades jabalina, y salto triple y largo, sólo por haberlo acompañado.
 
"Estoy muy conforme con mi vida", planteó este atleta master que no se separó un metro del deporte en los 17 años que, por ejemplo, residió en Río Turbio. Allí fue jefe de control de calidad en Yacimientos Carboníferos Fiscales y a la vuelta de su trabajo, en el frío de la noche patagónica, no sólo daba clases en el nivel secundario sino que también formaba a chicos que querían jugar al basquet.
 
A Juan Carlos, nacido en la localidad sanjuanina del Rodeo, el basquet cautivaba tanto que los sábados viajaba de Río Turbio a Puerto Natales, en Chile, donde jugaba para el club Boris. El domingo ya estaba de vuelta en su casa.
 
 
 

Nunca deja de entrenar la mente
Algo a lo que Juan Carlos siempre le prestó atención fue a la formación. No por nada residió ocho meses en Inglaterra para perfeccionarse en producción carbonífera aunque también anduvo por Alemania para aprender vulcanización en frío de cintas transportadoras. Hoy, mantiene vigente aquel espíritu inquieto y como para mantener entrenada también la mente, ha hecho en los últimos años varios cursos.
 
"El año pasado terminé uno de Historia, que empecé después de haber hecho los de Mediación y Sucesiones" aclaró, sin dejar de mencionar que también estudia inglés. Con Pimy, quien en sus años en Río Turbio aprendió a hacer exquisitas truchas en escabeche producto de las excursiones de pesca de su marido por los ríos del Sur, Juan Carlos tuvo tres hijos, Esteban, Ariel y Cristian y ambos son abuelos de tres nietos que se enorgullecen de su nono deportista toda vez que lo ven rodeado de las copas y medallas que hasta aquí ha obtenido.
 
"El capital más grande que tenemos es la salud. En mi caso, estoy muy bien, no tomo ni un analgésico y creo que los médicos se van a fundir conmigo, pero eso se lo debo al deporte".
 

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