domingo, 28 de junio de 2015
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Cuando San Juan fue sede de la Copa América en 2011, Facundo Vila se anotó como voluntario para ayudar en la organización. Su pasión por el fútbol y por la celeste y blanca hizo que cuatro años después, no dudara en cruzar la Cordillera para volverlo a hacer. Ya de vuelta en San Juan, dialogó con Diario La Provincia y aseguró que "veía más los partidos como hincha que como voluntario, y lo único que me quedó pendiente fue sacarme una foto con los jugadores”.
"Había sido voluntario en la Copa América que se hizo en la Argentina. Cuando vi en la página que habían abierto las inscripciones para extranjeros me anoté y al tiempo me llegó el correo de confirmación. Básicamente fue de intruso, porque no había conseguido entradas. Pedí las vacaciones de invierno adelantadas. Estuve 15 días, ayudando en el partido ante Uruguay y ante Paraguay y valió la pena totalmente”, aseguró el joven.
La organización de eventos de semejante envergadura requiere de mucho trabajo y de personas que pongan su granito de arena en distintas actividades para que todo funcione. "Estuve en la parte de servicio al espectador, cortando tickets en la entrada, y controlando que la prensa sacara fotos solo en los lugares indicados y con acreditación. La diferencia en cuanto a organización entre las dos ediciones en las que participé fue abismal. Por ejemplo, había coordinadores en todas las sedes. Estaban controlando todo el tiempo, y preguntando si tenía alguna duda. En cambio, cuando fue en San Juan, no había diálogo entre los jefes de área y los voluntarios”, comparó Vila.
Las banderas, los cantos, los goles, muchas cosas le ponen color a la copa, pero Facundo tiene su aspecto preferido. "Lo mejor fue la gente de Chile, fueron muy solidarios, hospitalarios, desde un principio me sentí como en Argentina. Con otros voluntarios se nos complicaba por la jerga chilena pero nos terminábamos entendiendo”, finalizó el hincha.