sábado, 12 de julio de 2014
14:09
sábado, 12 de julio de 2014
14:09
Uno a uno bajan los jugadores del colectivo, que luce la leyenda "no somos un equipo, somos un país", mientras los gritos de la gente se mezclan entre canciones, saludos y declaraciones de idolatría o de amor. Sin embargo, es difícil poder ver a los ídolos, que tienen que caminar apenas unos pocos metros para ingresar al lobby principal del hotel. En el interior, un cordón de seguridad, que intenta evitar el acoso de los propios huéspedes, los lleva al subsuelo, donde almorzarán antes de instalarse en sus habitaciones para un descanso.
Así fue el arribo de la selección argentina a su concentración en Río de Janeiro, donde mañana jugará, desde las 16, la final de la Copa de Mundo ante Alemania. Al igual que para la semifinal contra Holanda, y a diferencia de los anteriores partidos, Alejandro Sabella dispuso que el equipo llegue sólo un día antes del encuentro.
Tras el almuerzo, y mientras el plantel tome un descanso, el entrenador de la selección brindará una conferencia de prensa en el estadio Maracaná. La gran incógnita es saber si estará acompañado por algún jugador, una disposición de la FIFA que la Argentina nunca respetó durante el Mundial y que le costó una multa de 300 mil francos suizos (336 mil dólares).
Luego, Sabella se trasladará al estadio de Vasco da Gama. Allí, desde las 18.15, la selección argentina realizará la última práctica antes del partido más importante de sus últimos 24 años. El entrenamiento no se realizará en el estadio de la final para preservar el estado del campo de juego, metodología que ya fue aplicada en los últimos dos partidos disputados en este escenario.
Fuente: La Nación