El artista plástico Carlos Gómez Centurión, conocido por sus obras a gran escala inspiradas en la naturaleza que lo rodea, viajó esta vez al interior de la Cordillera de los Andes, frotó sus rocas y se empapó del agua del deshielo para plasmar el alma de la montaña, viaje que quedó grabado en el film "Digo el Mercedario", cortometraje que representará esta semana a la Argentina en el Festival Internacional de Films sobre Arte (FIFA), en Montreal, Canadá.
“Fue fantástico enterarme que fuimos seleccionados al FIFA. Si bien tengo varios films realizados, este es un antes y un después en mi carrera porque lleva la impronta de los pintores de siglo XIX, épocas de aventuras y enfrentarse a la naturaleza y al romanticismo pictórico”, dice el artista.
En diálogo con Télam, el pintor sanjuanino resalta como “muy interesante la actitud espiritual, sensorial, interna y profunda de cómo se encaró el cortometraje, tanto para mi obra y como para mi recorrido”.
Si bien Gómez Centurión dedicó su vida a retratar montañas y sube desde hace cuarenta años a los valles cuando se lo permite el clima para pintar in situ, “esta vez no le alcanzó con ponerse -bastidor por medio- a pintar el exterior, sino que fue al interior de la montaña, dio un paso más allá para llegar al alma y poder expresarla”, explica Gustavo Travieso, director y guionista de "Digo el Mercedario", el cortometraje que representará a Argentina en Montreal.
El film sigue al artista y a su equipo a lo largo de su viaje atravesando el accidentado y virgen paisaje de la Cordillera de los Andes, para llegar a uno de los glaciares más grandes de América, donde además de emplear el movimiento naturalista de la pintura al aire libre, también utiliza la técnica del frottage desarrollada por el surrealista Max Ernst, para tomar huellas físicas de la tierra en el lugar.
“Todo el material, hasta telas de hasta 50 metros de largo, fue curado en el agua de deshielo, se impregnó de minerales y se maceró para que los limos y todos los sustratos queden incrustados en las telas sobre las cuales él después pinta”, explica Travieso, quien realizó la tarea de dirección junto a Rafhael Castoriano.
El corto, de 12 minutos de duración, muestra las vivencias audaces del artista entre las montañas por más de diez días y promete destacarse en la edición 2023 del FIFA, cuya principal actividad consiste en su instancia de competición, reconocida como la más grande del mundo en su ramo.
Gómez Centurión nació en San Juan y vivió en Buenos Aires de 1970 a 1982, ciudades donde aún vive y trabaja. Estudió en la Citè Internationale des Arts de París, tiempo durante el cual también realizó su primera exposición individual y dedicó su vida a pintar sus montañas.
Su obra consiste en pinturas a gran escala inspiradas directamente en la naturaleza que lo rodea, particularmente en la Cordillera de los Andes, después de haber realizado varios viajes de inmersión a la región. Pintadas al aire libre, se componen de pinceladas sueltas y parches de color que describen la forma en que se siente en la naturaleza y el mundo en general.
Ahora, a más de 4000 metros de altura, en el Mercedario, segundo cerro más alto de América, el artista despliega sus enormes bastidores de dos por tres metros, y en tan solo tres minutos cubre el territorio con una tela gigante en medio de la nada. “Tiene 200 metros menos que el cerro Aconcagua y alrededor un valle gigantesco donde todos los cerros tienen más de 6000 metros de altura”, cuenta.
La apuesta de Gómez Centurión se puede relacionar con las obras del búlgaro Christo (1935-2020), conocido como "el artista envolvedor", que utilizaba enormes telas para envolver instalaciones creadas por los hombres y estructuras de la naturaleza. Pero si en su caso se dedicaba a tapar objetos urbanos, rurales y naturales castigados y dañados por el cambio climático, en el del pintor argentino “envuelve para atrapar el alma de la montaña y de las piedras”, señala Travieso.
En su estadía en medio de la nada, ayudado por caballos y mulas en la inmensidad de la cordillera andina, el artista copia la textura y la piel de las rocas, “y en su paso siguiente por el fijador adquiere más rigidez y relieve, para lograr una escultura”, explica a su vez Gómez Centurión.
El corto tendrá el domingo próximo su premier internacional ante los ojos del mundo en un festival que, para la industria que tiene que ver con el arte, es equivalente a hablar de los Oscar, ya que es el más importante evento de cine documental que hay para el mundo artístico.
El proyecto fílmico fue realizado por la galería Keëmart de Nueva York y registra el primer paso de un proceso que terminará con una gran exposición de 120 obras: en papel, muchas sobre telas de hasta 17 metros, otra de 50 metros de largo, y algunas otras volumétricas ya que Gómez Centurión explora y busca generar algo en el medio en los espacios entre la pintura y la escultura. “Queremos mostrar pinturas que se salgan de los bastidores, con un formato distinto a lo que venimos viendo en todas las ferias de arte”, prometen los artífices de la iniciativa.
La película, única representante argentina en el festival, muestra los pormenores del viaje y del proceso de gestación de una obra que se construye en interacción con el paisaje. El viaje forma parte de la obra misma, dado que luego de estar varias horas con el viento soplando “que no para nunca” y en silencio "el viaje hacia el objeto se transforma en un viaje interior, en un abrazo con eso que se está tratando de plasmar en una tela, que en este caso es el alma de un glaciar", describe Travieso.
El Festival Internacional de Cine sobre Arte (FIFA) está dedicado a la promoción y distribución internacional de películas sobre arte y artes mediáticas y realizará la semana próxima su 41 edición. Desde hace cuatro décadas, presenta un evento anual en marzo, que permite descubrir nuevos documentales sobre arte.
La obra de Gómez Centurión ha sido exhibida internacionalmente y fue distinguido por la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires en Argentina como ganador del Premio de Pintura Alberto Trabucco en 2015. Debido a este honor, su obra fue exhibida en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero en Buenos Aires.
Ha realizado numerosas exposiciones en Argentina, Chile, Ecuador, Inglaterra y Francia en museos y galerías. Su obra se encuentra en muchas colecciones privadas y públicas. También apareció en un documental sobre sus viajes con su colega artista, Pat Andrea, titulado "Digo la Cordillera’ cuadernos de viaje".
