Escritores sanjuaninos recuerdan a Leonidas Escudero como un "maestro"

Fue un grande. Tengo todos los recuerdos muy bonitos. Él me hizo que yo publicara, fue mi maestro. Saqué un artículo en uno de mis encuentros donde analizo toda su obra pero quien lo hizo mejor que nadie fue Ricardo Trombino. Tenía una forma especial tanto de hablar como de escribir. Marcó una huella muy profunda. Fue maestro no solo mio sino de un grupo muy grande de sanjuaninos. Cada vez escribía mejor, más profundo. Recuerdo la poesía a Sarmiento, la que le escribe a las personas que se estaban por separar, al fantasma que se le apareció en sus viajes, y cuantas otras cosas más. Él siempre participaba en el Encuentro de Escritores, le gustaba leer y compartir conversaciones con quienes venían del exterior. Era una belleza sentirlo hablar.  

 

 

Es el máximo referente que tenemos. Todavía está entre nosotros a pesar que haya partido físicamente. Dejó un importante legado entre nosotros que no lo olvidaremos. "Chiquito" señala un antes y un después en la literatura sanjuanina nuestra. Hasta el terremoto de 1944 todo se veía de una forma distinta y la literatura estaba vinculada a la española. "Chiquito" abrió otra brecha y nos mostró al sanjuanino, al minero. Fue un andariego, un personaje muy querido y fue hermoso hablar con él.... nos mostró el San Juan que la mayoría de las persona desconoce, él nos mostró otra cosa y hay poemas que van a ser referencia para toda la vida. 

 

Con Escudero compartimos la vida de andar en una búsqueda seria en la poesía. Él nos deja una poesía cifrada en el salto universal que puede dar un poeta desde decir lo que hace a su terruño para ofrecer una filosofía práctica de vida. Escudero halló una fórmula casi mágica. Él se apoyó en la anécdota pero su poesía acerca al lector... Yo lo llamo a él el "Lama de los Andes" por la enseñanza vital que dejó. Lo ví en diciembre unos días antes de su internación, hablamos de poesía y lo imprescindible que resulta ser libre... Me dijo que no sabía lo que hacía en este mundo ahora. Le dije que Dios lo había premiado con la longevidad porque él había sido obediente y que Dios lo iba a llamar cuando no pudiera nombrar más porque el poeta es un nombrador de las cosas.

 

Compartí con él su cumpleaños y tengo de él esa imagen final lleno de vida, de poesía, de su palabra precisa, su paz para hablar y el equilibrio para decir. Ahora está bien donde está. No lo vamos a tener físicamente pero queda su legado de cultura que es formador de un pueblo... Es un chau, ya nos veremos... Cuando lo recuerdo se me viene a la cabeza una poesía de él que habla de los poetas cuzcos. Esta cosa de ser poeta que nos enseñó de que si vas a hablar que sea con "caracú", es decir si vas a ser escritor que sea con contenido.