Teatro San Martín

"Castillos en el aire", la muestra de la sanjuanina Adriana Miranda que llegó a Buenos Aires

Las fotos parecen representar casas reales, solitarias desplegadas en los cerros, sin animales ni personas a su alrededor. Sin embargo no son casas reales sino maquetas que dejaron los peregrinos en la Difunta Correa.
domingo, 15 de junio de 2014 20:21
domingo, 15 de junio de 2014 20:21
"Castillos en el aire". Así se llama la muestra de la sanjuanina Adriana Miranda que por estos días expone una muestra fotográfica en el Teatro San Martín de Buenos Aires con mucho éxito. El trabajo, que ya recibió muy buenas críticas de la prensa nacional, está basado en las maquetas que los promesantes dejan en el paraje de  la Difunta Correa y que con la habilidad de esta fotógrafa da un escenario de hiperrealismo.
 
Las fotos parecen representar casas reales, solitarias desplegadas en los cerros, sin animales ni personas a su alrededor. Algunas parecen abandonadas, otras muy humildes. Sin embargo no son casas reales sino que muchas de éstas son imágenes que fueron compuestas por Miranda.

La artista y fotógrafa trabajó esta muestra en base a una idea que partió del censo 2010 que indicó que hay 340.000 casas deshabitadas en la Ciudad de Buenos Aires y 2.500.000 en todo el país. "Y para mí también es un problema personal, la imposibilidad de acceder a una casa. Es algo que pudieron hacer mis padres, que fueron hijos de campesinos inmigrantes y pudieron estudiar, mi padre hizo una carrera de arquitectura muy buena, pero ahora llegar a la vivienda es imposible. Empecé a seguir el tema, a investigarlo, y fui a parar a los años ’40, a las políticas de Perón para que el Banco Hipotecario tomara como sujeto de crédito a los trabajadores, que pudieran comprar casas, y también se regularon los alquileres. Ese período dura hasta 1976: ahí desregularon todo”, explicó la artista en diario Página 12.
 
El paraje de la Difunta Correa también significó un puntapié para la sanjuanina. "Ella es venerada, pero no es un culto cristiano. Hay un santuario entre los cerros, y aunque hay una especie de administración, todo es como muy anárquico. Hay distintos sectores donde la gente deja sus cosas; en una parte está lleno de chapas de patentes de autos, en otra hay vestidos de novias, en otra camioncitos y autos, miles y miles de cada cosa. Y hay como dos cerros llenos de casitas, miles también: la gente va y las deja allá, algunas en agradecimiento, y la gran mayoría como pedido, yo diría un 70 por ciento. La gran mayoría son de lata, y son las más interesantes, porque eso delata que quien las hizo quiere que duren, y entonces también hay más cuidado en el diseño y la construcción. Las de madera o de otros materiales que se degradan, cartón o así, duran poco. Se le hace una promesa a la Difunta Correa, la mayoría de las veces ir caminando desde la ciudad o desde Caucete, que está a 36 kilómetros. Es una caminata que se hace en Semana Santa, de noche, porque el sol es muy duro, es el desierto. Yo fui una vez. Le hice la promesa cuando me presenté al Premio Petrobrás: ¡y me lo dieron! Entonces tuve que ir”, agregó la artista.


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