Apoyado por la escuela de Huelva

Lucas Llanos, el sanjuanino que moviliza al mundo para crear el día del Director de Orquesta

Conseguir que el 13 de julio sea declarado Día del Director de Orquesta. Ése es el mayor objetivo que persigue Lucas Llanos González, un joven sanjuanino de 24 años que transita el mundo de la música con una gran pasión.
domingo, 14 de julio de 2013 06:04
domingo, 14 de julio de 2013 06:04

Conseguir que el 13 de julio sea declarado Día del Director de Orquesta. Ése es el mayor objetivo que persigue Lucas Llanos González, un joven sanjuanino de 24 años que transita el mundo de la música con una gran pasión.

Director de dos coros provinciales, y estudiante de la Fundación Excelentia en Escuela de Dirección de Orquesta y Banda Maestro Navarro Lara de Huelva (España), Lucas inició una fuerte movida que ya es apoyada por decenas de músicos en todo el mundo.

"La idea fue impulsar esto porque todos estamos con ganas de festejar ese día y no lo tenemos. Para conocer si caía bien o no esa idea, le preguntamos, a distancia, a todos los alumnos de la escuela de Huelva qué les parecía esa propuesta. Por suerte vimos que casi todos estuvieron de acuerdo con que el 13 de julio festejáramos esa fecha”, señaló el joven a Diario La Provincia.

Ese día fue elegido a raíz de cumplirse un aniversario más de la muerte de Carlos Kleiber, un reconocido director de orquesta alemán. De la encuesta participaron 100 alumnos dispersos en todo el mundo, y unidos a través de la escuela Huelva en internet, y movilizados por Llanos. "Pregunté si existía un día del director de orquesta y me dijeron que no, entonces nos dimos cuenta que sería muy importante que hubiera una fecha. Por eso la escuela de Huelva se interesó en formar parte de este hecho histórico.

Ahora resta esperar a la semana del 5 de agosto cuando el sanjuanino viaje a España para participar de unas jornadas mundiales, donde uno de los centros de debate será ese.

El sanjuanino

Lucas Llano empezó a transitar el mundo de la música siendo un adolescente pero siempre de manera particular. Hizo algo de piano en el conservatorio Santa Cecilia de Nilda Varela en Caucete y luego con el maestro Miguel Ángel Scebba estudió técnicas pero no por mucho tiempo. Cuando egresó de la escuela secundaria, empezó a estudiar ingeniería en Agrimensura pero reconoce que ése no es su gran amor.

"Por ahí uno piensa en el valor que tiene la música. Yo respeto las opiniones de quienes ejercen lo académico pero por ahí hacerlo tan estructurado, hace que se exagere tanto y termina perdiendo el sentido real que tiene la música”, señaló Lucas.

El camino real del aprendizaje, asegura Llanos, fue de la mano del maestro Salvador Constanza. El director del coro Villicum, es quien despertó en él el deseo de seguir el camino de la dirección y sobre todo el de darse al público. Referente indiscutido, el maestro Constanza le enseñó las técnicas básicas para hacer música y se convirtió en una persona muy querida por él.

"Cuando me vino la posibilidad de la beca de estudio en el Huelva, lo consulté y comencé a estudiar a distancia dirección coral. El detonante para esta inclinación fue el maestro Constanza, quien no sólo me inspiró a seguir en esta carrera sino que siempre me apoya en todo”, finalizó Lucas.
El referente internacional

Carlos Kleiber fue un director de orquesta nacido en Alemania y posteriormente nacionalizado austríaco, acreditado como uno de los mejores del siglo XX y por algunos como el mejor de todos los tiempos.

Hijo del director de orquesta austríaco Erich Kleiber y de la estadounidense Ruth Goodrich, el pequeño Carlos demostró desde muy temprana edad aptitudes innatas para la música durante su infancia.

Carlos comenzó sus estudios musicales en Buenos Aires, aunque su padre se opuso frontalmente desde un principio a que su hijo se dedicase profesionalmente a la música en general, y a la dirección de orquesta en particular. Carlos debutó a los 20 años en el Teatro Colón y el Teatro Argentino de La Plata, regresando poco después a Suiza donde estudió Química para complacer a su padre.

Con el tiempo, Carlos se convirtió en uno de los más solicitados y a la vez evasivos de los directores de orquesta de la última mitad del siglo XX.

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