Rocío del Cielo Navarro es a simple vista una chica muy tímida, pero quienes la conocen dice que apenas entra en confianza es divertida y bromista. Su salud le ha jugado más de una mala pasada, pero a pesar de todo e incluso en medio de su tratamiento de diálisis, ella consigue sacar lo mejor de sí misma.
Es que actualmente se somete a este proceso en la Clínica de la Ciudad y allí cuentan con un programa de alfabetización en el que Rocío es una alumna destacada, tanto que le valió un reconocimiento desde la Cámara de Diputados. Asegura que su punto fuerte son las matemáticas, y que no se tiene mucha fe en Lengua, pero le encanta aprender y siempre está abierta a cosas nuevas.
Su familia está compuesta por su mamá, ama de casa, su papá, empleado minero, y siete hermanos, cuatro de los cuales viven con su abuela, y todos son una constante red de apoyo en su vida. "Tiene una familia que la ayuda muchísimo, y desde nuestro lugar apuntamos a que se pueda insertar en distintas relaciones interpersonales, porque es una chica muy joven. Tratamos de que la cronicidad que genera la enfermedad no la afecte. Es por ello que creamos distintos proyectos para trabajar en la parte sana de ellos", contó a Diario La Provincia la Lic. Nancy Oviedo, trabajadora social de la institución.
A raiz de esta idea, surgió un proyecto de alfabetización que actualmente está a cargo de la docente Ivana Bustos. "Comenzó en el 2008 en nuestra institución, y se egresan un promedio de entre dos y tres alumnos por año. Nos da muy buen resultado porque se aplica en la sala y se produce una interacción entre los compañeros que les ayuda a afianzar sus vínculos", agregó la profesional.
La sala de diálisis no siempre se transforma en un "aula", otras veces toma la forma de un escenario ya que tienen un profesor que asiste a cantar con ellos, y fue a partir de esto que ella encontró su sueño: ser cantante. "Me gusta todo tipo de música, siempre en castellano. No me veo trabajando en otra cosa que no sea la música", contó la protagonista. Todo un entorno pensado para que una de las peores etapas de la vida, se comparta con pares y en un ambiente entretenido.
Su salud
Rocío nació con mielomelingocele. "Se trata de una malformación congénita, en la que no se termina de formar la última parte del canal neurálgico de la columna. Como consecuencia tiene una pérdida de fuerza de la cintura hacia abajo. En ella no fue tan grande ya que tiene un poco de movilidad, ya que puede estar unos segundos parada", explicó el doctor Erwin Laciar.
Esta malformación, le ha ocasionado otros trastornos. "A causa de esto, no tienen el poder de manejar su vejiga y terminan en diálisis por insuficiencia renal". Además, tuvo otro problema. "Rocío nación con hidrocefalia, que es cuando se agranda demasiado el cerebro, por lo que se le pusieron válvulas".
Desde agosto del 2013 sus riñones dejaron de funcionar correctamente y entró en diálisis en el hospital. Dos años más tarde adquirió la cobertura de una obra social y pasó a tratarse en la Clínica de la Ciudad.
En cuanto a una posible mejora en su calidad de vida, con respecto al tema neuronal el doctor asegura que no habrá cambios, pero todavía hay esperanzas sobre el aspecto renal. "Tiene que terminar de hacerse estudios pretrasplantes, para ver si puede ingresar a la lista de espera para trasplantarse el día de mañana. Hay pacientes con esta patología que sí lo han logrado".
El bienestar de los pacientes que se realizan este tratamiento depende en gran medida de ellos y de los cuidados que tengan. "Es muy importante que todos los centros de diálisis tengan equipos multidisciplinarios con médicos, nutricionistas, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales, para fomentar el autocuidado", sentenció la Lic. Daniela Lima, jefa de enfermería.ÂÂ
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